El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, calificó hoy de «provocación» el lanzamiento fallido de un misil realizado horas antes por Corea del Norte, una acción que incrementa aún más el nerviosismo que se vive en la península coreana.
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«La provocación de esta mañana del Norte es simplemente el último recordatorio de los riesgos que encara cada uno de vosotros cada día», dijo Pence ante un grupo de militares estadounidenses durante una cena celebrada con motivo del Domingo de Pascua en la céntrica base militar de Yongsan, en la capital surcoreana.
Pence aterrizó hoy en la base aérea de Osan (al sur de Seúl) poco después de que Corea del Norte tratara de lanzar sin éxito desde la localidad de Sinpo (este del país) un misil balístico que aparentemente estalló poco después de ser disparado.
La acción norcoreana amplía el desafío planteado a Washington con su programa armamentístico tan solo un día después de haber celebrado el aniversario del fundador del régimen, Kim Il-sung, exhibiendo misiles de alcance intercontinental y prometiendo responder a un hipotético ataque estadounidense con armas nucleares.
El número dos de la Administración Trump visitó tras aterrizar el Cementerio Nacional de Seúl, donde están enterrados veteranos de la Guerra de Corea (1050-1953), en un gesto encaminado a cimentar la alianza militar entre Washington y Seúl.
En ese sentido, Pence aseguró durante la cena que bajo el liderazgo de Donald Trump «el compromiso con esta alianza histórica» es más fuerte que nunca.
Pence se reunirá mañana con el presidente surcoreano en funciones, Hwang Kyo-ahn, y con el presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), Chung Sye-kyun.
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El nerviosismo que se vive en la península ocupará la mayor parte de la agenda, y se espera que Pence y Hwang analicen maneras de presionar a Pyongyang para que abandone su programa nuclear y de misiles a través de una mayor presión diplomática y también de sanciones aún más endurecidas.
La Casa Blanca también ha apuntado a que se examinarán opciones militares como posible respuesta a provocaciones del régimen norcoreano.
Las insinuaciones de Washington de cara a un hipotético ataque preventivo han venido acompañadas del despliegue del portaaviones nuclear USS Carl Vinson en aguas de la península en respuesta a otra prueba de misiles que Pyongyang hizo el pasado 5 de abril.
Además se teme que el régimen de Kim Jong-un decida realizar una prueba atómica (fotos recientes indican que todo está listo en su base nuclear para ejecutar una) en los próximos días.