El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, recomendó este lunes a Corea del Norte no poner a prueba la «determinación» del presidente Donald Trump frente a los programas balísticos y nucleares de Pyongyang y advirtió que «todas las opciones están sobre la mesa».
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Pese a las presiones internacionales, Corea del Norte intentó el domingo sin éxito lanzar un nuevo misil y se teme que el país se esté preparando para llevar a cabo un sexto ensayo nuclear.
Washington quiere lograr la desnuclearización del Norte «por medios pacíficos, mediante negociaciones pero todas las opciones están sobre la mesa y seguimos al lado del pueblo de Corea del Sur», dijo Pence en una rueda de prensa en Seúl, tras visitar la tensa frontera que separa el Norte y el Sur de Corea.
«Estas dos últimas semanas, el mundo ha sido testigo de la fuerza y determinación de nuestro nuevo presidente durante operaciones llevadas a cabo en Siria y Afganistán», declaró Pence en referencia al bombardeo estadounidense contra una base aérea del régimen sirio y al lanzamiento de una súperbomba contra yihadistas en Afganistán.
«Corea del Norte haría mejor en no poner a prueba su determinación, o la potencia de las fuerzas armadas de Estados Unidos en esta región», añadió Pence junto al primer ministro y presidente surcoreano en funciones, Hwang Kyo-Ahn.
Trump, que el jueves prometió que el «problema» norcoreano sería «tratado», había anunciado anteriormente el envío a la península coreana del portaviones Carl Vinson, escoltado por tres buques lanzamisiles, y habló de una «armada» de submarinos.
Trump ha advertido que no permitirá que Corea del Norte desarrolle misiles balísticos intercontinentales capaces de transportar cabezas nucleares hasta el oeste de Estados Unidos.
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El número dos del régimen norcoreano respondió el sábado que su país estaba listo para «responder a una guerra total con una guerra total» y «a cualquier ataque nuclear con un ataque nuclear a nuestra manera».
Corea del Norte asegura que necesita esas armas, incluso nucleares, para protegerse de la creciente amenaza de invasión por parte de fuerzas estadounidenses.
Zona militarizada
Mike Pence, que llegó el domingo a Corea del Sur, se desplazó este lunes a la frontera entre las dos Coreas.
Estados Unidos, que tiene desplegados a 28.500 soldados en Corea del Sur, «aniquilará cualquier ataque y opondrá una respuesta aplastante y eficaz ante cualquier utilización de armas convencionales o nucleares», declaró el vicepresidente, instando a la comunidad internacional a presionar a Corea del Norte.
«Es alentador ver a China comprometerse en este sentido», dijo Pence. «Pero Estados Unidos está preocupado por las represalias económicas de China contra Corea del Sur después de que esta haya tomado medidas apropiadas para defenderse», dijo.
Se trata de una referencia a las medidas adoptadas por Pekín en respuesta al escudo antimisiles estadounidense THAAD en Corea del Sur, cuyo despliegue Washington y Seúl quieren acelerar.
China, molesta por la instalación tan cerca de su territorio de un dispositivo estadounidense, que considera una amenaza contra sus intereses, ha obligado al cierre de decenas de tiendas surcoreanas en China. Para Seúl, se trata de medidas de represalias al despliegue del THAAD.
Se trata de la primera visita de Pence a Corea del Sur, una etapa de una gira por la región Asia-Pacífico que incluye paradas en Japón, Indonesia y Australia.