La octava entrega de Rápido y Furioso no sólo ofrece a un Vin Diesel recargado. También propone escenarios nuevos, como locaciones en Cleveland, Ohio, pero también fuera de Estados Unidos, como Islandia o Cuba, país que recibió el rodaje de la saga luego del restablecimiento de las relaciones gubernamentales entre la Casa Blanca y el régimen castrista. Sin embargo, los intrépidos personajes de la película no son los únicos que llaman la atención del público. Los autos modificados que se utilizan para todas las escenas de acción son, en rigor, los auténticos protagonistas.
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Dominique Toretto (Diesel) manejará su clásico Dodge Charger, mientras que Luke Hobbs (Dwayne Johnson) estará al mando de un potente Ice Ram.
Sobre todo en las escenas en Islandia, los cinco autos que conducen los protagonistas se mezclan entre motos de nieve y vehículos militares. Cada modelo elegido obedece a una representación figurativa de los personajes más trascendentales de una saga ya establecida en el imaginario global.
Letty Ortiz, la pareja de Toretto en el film, encarnada por la actriz Michelle Rodríguez, lucirá un impactante Rally Fighter de un gris brillante y decorado por rejillas de color rojo escarlata. El modelo elevado de contornos radicales identifica el carácter agresivo y valiente del personaje.
Roman, el papel de Tyrese Gibson, conducirá un elegante y audaz Orange Lamborghini que acelerará sobre los níveos islandeses. El restante protagonista de los cinco nuevos autos de #F8 que salen a difusión es el tanque de guerra Ripsaw de Tej (Chris Bridges): el infaltable toque excéntrico de una de las películas de acción que generan más expectativa a nivel global.
Rápido y Furioso 8 promete adrenalina, velocidad, derrape y accidentes. El rodaje recorrió el mundo. Antes de la aventura en Islandia, el set viajó a La Habana, para filmar escenas que presumirán de los pintorescos y antiguos autos cubanos.
La octava entrega es dirigida por Felix Gary Gray y mantiene la presencia de los históricos componentes actorales de la saga, que aún recuerda la muerte de Paul Walker. El film sumó a Charlize Theron para que haga el rol de la mala y nuevos rostros como Helen Mirren, Scott Eastwood y Kristofer Hivju.
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