Con unos resultados mucho más reñidos de lo que el gobierno esperaba, el «sí» se impuso por delante del «no»,con un 51,3% de los votos frente al 48,7% del no, con el 99% de las urnas escrutadas, según cifras de la comisión electoral publicadas por la agencia de prensa progubernamental Anadolu.
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Pero, ¿qué significa este triunfo del sí y qué podría cambiar en el país?
“Con este referéndum se ha evidenciado que el país está dividido y que se ha perdido la oportunidad de hacer una reforma en que distintas sensibilidades se sintieran reconocidas”, explica Eduard Soler i Lecha, Politólogo y Doctor en Relaciones Internacionales por la Universitat Autònoma de Barcelona
“Lo único que podemos predecir con certeza tras los resultados es que Turquía vuelve a la cancha y que, para alegría de unos y desgracia de otros, va a jugar una posición central”, sentencia Eduardo Saldaña, especialista en Relaciones Internacionales y parte de la dirección de la web “El Orden Mundial en el S.XXI
-“El peor resultado: dos Turquías se enfrentan”-
Los primeros datos sobre la votación señalan que el país está totalmente dividido sobre los cambios constitucionales propuestos, ya que pese a la victoria, el «no» se impuso en las principales ciudades del país: Estambul, Ankara y Esmirna. Las zonas de mayoría kurda también votaron en contra.
Durante la campaña del referéndum, el presidente turco demonizó a sus opositores, acusándolos de colusión con los «terroristas» y los «golpistas».
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Para Florent Sardou, analista internacional, se trata del “peor resultado: dos Turquías se enfrentan», y añade, “ratifica un hecho consumado. Erdogan ya tenía todos los poderes: control del partido que tiene mayoría absoluta en el Parlamento, control del poder judicial desde el referéndum de 2010 y el estado de emergencia, en vigor luego del fallido golpe de estado, lo que permite a Erdogan gobernar por decretos”.
-El futuro con Europa-
Las relaciones entre Turquía y la Unión Europea (UE) se degradaron enormemente en la recta final de la campaña, cuando Erdogan acusó a algunos países de «prácticas nazis».
Para Lecha “vamos a entrar en una fase de mayor tensión en las relaciones con la UE. Que en su primer discurso Erdogan haya vuelto a sacar el tema de la pena de muerte es que busca deliberadamente la confrontación”. .
Según Eduardo Saldaña, “Turquía estaba lejos de poder entrar en la UE. La deriva que el gobierno de Ankara ha tomado en los últimos años, sumado a la situación de crisis institucional que vive Bruselas, ha frenado el proceso de adhesión”.
Sin embargo, añade, “el resultado del referéndum, por extraño que pueda parecer, satisface las necesidades de su vecino a la perfección. Si bien no puede ser miembro (por la deriva autoritaria, las violaciones de derechos humanos o disputas eternas como la de Chipre), sí que Turquía puede mantener unas relaciones de amistad y cooperación con la UE. La situación de crisis que vive la región de Oriente Medio y la amenaza de la ola de refugiados hace que en los despachos de Bruselas no se vea con tan malos ojos el resultado. Europa sabe que necesita a Turquía como aliado en la región, si su alianza pasa por apoyar la política de Erdoğan, no nos quepa duda de que lo harán”, sostiene.
-Qué viene ahora-
“En los próximos días veremos movimiento en las calles, declaraciones de los opositores pero no va a haber cambios drásticos. Pese a la alarma inicial, estos resultados no hacen más que hacer oficial una situación de autarquía que ya existía en el país. A lo largo de estos meses sí que iremos apreciando un endurecimiento de la ley turca. El propio Erdoğan en su discurso ha afirmado que se va a poner de nuevo sobre la mesa la cuestión de la pena capital”, afirma Saldaña.
En cuanto a sus relaciones exteriores, «los resultados no van a variar sobremanera las relaciones con sus aliados. Si bien es cierto que el re-establecimiento de la pena de muerte supondría un conflicto con el proceso de adhesión a la UE y con las obligaciones de Turquía como miembro de Consejo de Europa. Erdoğan mantiene su posición y sale reforzado de este referéndum, lo que no le viene mal a los aliados tradicionales de Ankara».
«Después de este resultado no tenemos que perder de vista el verdadero objetivo el sultán» permanecer en su trono al menos un mandato más, y esto será en 2019. Estos meses y años van a estar enfocados a afianzar su posición política, a demostrar que él (el presidencialismo es la opción), a enseñar a sus aliados que le necesitan ahí y a poner barreras a sus contrarios bien sea por la fuerza o a través del discurso político», finaliza.