Agustín Edwards Eastman, heredero de una de las familias más ricas del país, fue conocido principalmente como el dueño de Mercurio S.A.P, uno de los conglomerados periodísticos más grandes de Chile, que agrupa a los diarios El Mercurio, La Segunda, El Mercurio de Valparaíso, Las últimas Noticias, entre otros.
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No obstante su influencia sobrepasó el mundo periodístico, ya que dirigió empresas y organizaciones que se desarrollan en distintas áreas del espectro nacional, como la Universidad Técnica Federico Santa María, el Banco Edwards, Compañía de Cervezas Unidas (CCU), Fundación Paz Ciudadana, Federación de Criadores de Caballos Chilenos, entre otras.
No es desconocida la participación que tuvo el empresario en la articulación de la dictadura militar. El manejo periodístico que el conglomerado de Agustín Edwards desarrolló en época de la Unidad Popular se gestionó primeramente con el fin de evitar la asunción de Allende y luego buscando desestabilizar su gobierno, portadas como «¡Renuncie! Hágalo por Chile» de La Segunda y «El gobierno ha quebrantado gravemente la constitución» titulado por El Mercurio, muestran el rol del empresario en la caída de la Unidad Popular.
Una vez instaurada la dictadura militar, los medios pertenecientes a su grupo periodístico se transformaron en cómplices pasivos y encubridores de crímenes contra los derechos humanos. El carácter de crimen pasional otorgado al asesinato de la dirigente comunista Marta Ugarte, escrito por El Mercurio en septiembre de 1976 o titulares como «Exterminados como ratones», publicado por La Segunda en julio 1975, que buscaba dar una connotación militar internacional al asesinato de 59 miristas chilenos, son algunas de las muchas portadas que marcaron una época.