Según el último informe de la Subsecretaría de Redes Asistenciales, casi 25 mil personas murieron en Chile durante el año 2016 mientras estaban en lista de espera de hospitales. De esos 25 mil, 22.459 esperaban una primera consulta con un especialista y 2.358 necesitaban una cirugía. Cuando se trata de donación de órganos, las cifras son más crudas.
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En nuestro país hay siete donantes por cada millón de personas. En países como España, esta cifra alcanza las 40 personas por cada por millón de habitantes. Y en Latinoamérica, Uruguay tiene 25 donantes por cada millón de habitantes. A la espera de un donante, hace exactamente un año falleció el pequeño Leon Smith.
Un corazón para León
El pequeño León nació el 2011, transformándose en el hermanito e hijo menor de una familia. El pequeño nació con una miocardiopatía dilatada en su corazón que lo mantuvo a sus cortos años esperando por un donante. Sin embargo, pese a que el niño encabezaba el primer lugar en la lista de espera, el órgano que necesitaba para vivir nunca llegó. A medida que iban pasando los años, la situación de León se iba complicando.
En diciembre de 2015, el niño fue conectado a un corazón artificial. Conocimos su caso a través de una fuerte campaña por redes sociales, donde junto a «Iron Man» (personaje favorito de León), las personas compartían la imagen de «Un corazón para León» tratando de encontrar un donante. Su padre, Juan Guillermo, agradecía diariamente las muestras de apoyo y cariño e iba relatándole a todo el país el estado en que se encontraba su pequeño.
Luego de meses de lucha y de una incansable búsqueda de un donante, Leoncito no pudo más y su corazón artificial falló. Esto le provocó tres infartos cerebrales y obligó al equipo médico de la UCI del Hospital Clínico de la UC a desconectarlo. León falleció el 24 de abril de 2016.
El legado de un pequeño luchador
En un acto de amor, los padres de León donaron sus riñones. «Leoncito ya es un angelito (…) vamos a darle una bonita despedida como él se lo merece», relató su madre Myriam Angulo, tras su fallecimiento. La muerte de León, movilizó a una ciudad entera. Osorno, ciudad en la cuál León nació y creció hasta que su familia tuvo que trasladarse a Santiago (por su tratamiento), lo despidió con un masivo homenaje. En aquella oportunidad cerca de 1.000 personas participaron en una velatón en la Plaza de Armas, frente a la Catedral San Mateo.
Meses después su padre lanzó un libro, llamado «Corazón de León» en el cual relataba la historia de la lucha que como familia llevaron junto a su pequeño. También compartió en sus redes sociales otras campañas de apoyo a pequeños que esperaban un donante.
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Realidad actual
A un año del fallecimiento del pequeño, la situación sigue sin mejorar. A pesar de que su historia llegó al corazón de miles de chilenos, aún no somos conscientes del concepto de «donar es vida». Desde que se aplicó la ley de donaciones en 2013 (a través de la cuál todos somos donantes) cerca de 12 mil personas han realizado el trámite notarial para manifestar que no quieren ser donantes. Sumado a lo anterior, la decisión de donar sigue pasando por los familiares y las cifras de donaciones concretadas no supera las 7 por cada millón de habitantes. A un año de su triste partida, siguen existiendo decenas de pequeños luchadores a la espera de una donación.
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