El presidente Donald Trump tiene el objetivo de «presionar a Corea del Norte para que desmantele sus programas nucleares, balísticos, de misiles y proliferación, endureciendo las sanciones económicas y buscando medidas diplomáticas con nuestros aliados», según un comunicado conjunto del jefe del Pentágono Jim Mattis, el secretario de Estado Rex Tillerson y el director de Inteligencia Nacional Dan Coats.
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«Estamos involucrando a miembros responsables de la comunidad internacional para aumentar la presión sobre la RPDC (República Popular Democrática de Corea) para convencer al régimen de que reduzca la tensión y regrese a la senda del diálogo», precisaron en la nota, en la que usaron el nombre oficial de Corea del Norte.
La maniobra estadounidense coincide con el incremento de la tensión en la península coreana después de que Corea del Norte lanzara una serie de misiles. El gobierno de Trump advirtió que la intervención militar es «una opción que está sobre la mesa».
Paralelo al comunicado, uno de los principales almirantes estadounidense afirmó que Pyongyang tiene que «entrar en razón».
«Confrontándonos al temeroso régimen de Corea del Norte, es muy importante que nos guiemos por una fuerte resolución, tanto privada como pública, tanto diplomática como militar», declaró ante el almirante Harry Harris, que dirige el Comando del Pacífico, ante un grupo de senadores durante una reunión extraordinaria en la Casa Blanca.
Asimismo, Harris asumió la responsabilidad por la «confusión» generada en torno al portaaviones Carl Vinson y su flota, pues pese a que había sido enviado por el presidente Donald Trump hacia la península coreana y se dirigió hacia Australia.
“Creo que la mejor manera de reducir la tensión en la península coreana es proporcionando un poder de combate creíble 24 horas al día y siete días a la semana”, agregó Harris y afirmó que “la ausencia de una fuerte disuasión militar alienta a Kim Jong-un a hacer cosas provocadoras y peligrosas”.
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Harris finalmente consideró que el despliegue actual de la primera potencia está mandando la “señal adecuada” al hermético país asiático, y sentenció que “mis fuerzas están preparadas para luchar esta noche si son llamadas”.
El escudo antimisiles
Las fuerzas estadounidenses entregaron ayer a Corea del Sur los primeros elementos del escudo antimisiles THAAD, destinado a hacer frente a la creciente amenaza del vecino norcoreano pero que suscita el abierto rechazo de China.
Frente a la inflexibilidad del dirigente norcoreano Kim Jong-Un, Estados Unidos opone ahora la política algo imprevisible de Trump, que dice estar dispuesto a resolver solo, si fuera necesario, el problema norcoreano. En ese contexto, EEUU decidió enviar a la región el portaaviones Carl Vinson y su flota aeronaval, que llegarán a Corea antes del fin de semana.
Por su parte la televisión surcoreana difundió imágenes de la llegada de imponentes camiones militares trayendo elementos del THAAD (Terminal High Altitude Area Defense) al campo de golf donde se instalará, a 250 kms al sur de Seúl.