Jorge González lo pasó mal el último tiempo. Tras ganar El Derby en el Valparaíso Sporting Club sufrió la sanción más grande desde que comenzó en la hípica, sin embargo su espíritu hípico no disminuyó y apelando al trabajo volvió a las pistas renovado y con un triunfo dedicado a su familia que lo apoyó en el duro momento.
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Sus sensaciones ahora son de esperanza y ansiedad de volver a los clásicos de Grupo I para demostrar que su buen nivel no tiene nada que ver con las acusaciones de ser un jinete problemático: «Gracias a dios estamos de vuelta con todo, los dos meses que estuve sin correr me sirvieron para darme cuenta que hay que seguir trabajando, que uno no puede bajar los brazos, eso es lo más importante. Volví con todo y gané de inmediato», señala orgulloso de su triunfo en el Club Hípico de Santiago.
Pero el jinete joven sensación del 2016 no quiere dar ventaja y deja las celebraciones para más adelante, enfocando toda su concentración en los dos desafíos gigantes que presenta el mes de mayo. Su primera prueba será en el Gran Premio Hipódromo Chile el sábado 6, donde buscará transformarse en el rey de la arena: «Lo veo con mucha expectativa, porque quizás voy a montar el caballo favorito de la carrera, ‘Kurilov’, que lo he montado de potrillo. Siempre ha tenido unas condiciones extraordinarias, me entiendo muy bien con él y vamos en busca de revertir las actuaciones pasadas. Creo que es el destino el que nos vuelve a juntar y por eso vamos por todo».
La segunda estación de un «mayo de locos» en la hípica será el Clásico Club Hípico de Santiago Falabella Breeders Cup donde volverá a montar a ‘Full of Luck’, con el que triunfó en Viña: «Es un gran caballo, viene de vencer en el Derby y de ser segundo en el ‘Latino’. Es uno de los mejores de nuestro país, por eso estar montado protagonizando un Grupo I es muy grato, ahí se ve el momento que estoy pasando. Aunque haya estado suspendido estoy en pie y montando caballos buenos», asume confiado de lo que puede venir en el evento que se realizará el 28 de mayo.
Para lograr volver a la gloria, esquiva desde la doble sanción que sumó 42 días por molestar, tanto en el Gran Premio Latinoamericano como en la primera victoria del promisorio Rock Daddy, González dejó de lado el descanso y con un plan de trabajo definido mantuvo la condición física y el ritmo de conducción: «Fue los mismo que cuando estaba corriendo, solamente que no lo hacía en la tarde. Mantuve mi rutina porque pienso que hay que seguir la vida de jinete, no me dejé estar: troté, trabajé muchos caballos y lo más importante es que no se me fue el timming. Creo que es lo más importante en esta profesión, tienes que estar constantemente trabajando eso, jugando con el tiempo y montando a los caballos para ver cuál esta bien».
Los sinsabores del final del verano los quiere dejar en el pasado, por eso anuncia que se enfocará en correr, aunque envía un mensaje a los comisarios a cargos de la sanción que lo marginó de su pasión: «Estoy montando muy buenos caballos y como se dice en jerga hípica, no me puedo quemar. Las cosas pasan por algo, desde mi punto de vista no creo que esté haciendo las cosas mal. Me sirvió para tomar conciencia y darme cuenta que siempre, con personas que tienen tanto poder, no puedes ir contra ellos. Es demasiado difícil para un jinete enfrentarte a ellos que tienen el sartén por el mango y constantemente te van a estar suspendiendo. Eso puede significar que pierdas continuidad y sobre todo caballos», lanzó.
«El panorama se viene muy bueno, así que creo que hay veces que se debe evitar las represalias, traen muchas consecuencias y hay que acatar lo que digan los comisarios o los mayores. Me di cuenta que nadar contra la corriente no sirve de nada. Las represalias son muchas y no es conveniente, ni para mí ni para mis compañeros, para nadie. Es difícil con gente tan fuerte», reflexiona.
Jorge González está de vuelta en las pistas dejando atrás las polémicas y en busca de una rápida readaptación que le permita enfrentar los grandes clásicos del mes de mayo, que prometen un espectáculo de calidad en los hipódromos nacionales.