Las Madres de Plaza de Mayo, símbolo de lucha y resistencia en la última dictadura argentina (1976-1983) celebraron este domingo sus 40 años de existencia con música y marchas, y reivindicaron «los ideales» de sus hijos desaparecidos por el régimen militar de aquella época.
«Alerta, alerta que están vivos, todos los ideales de los desaparecidos», cantaban al unísono miles de personas que marcharon tras las Madres, con sus emblemáticos pañuelos blancos, alrededor de la pirámide que hay en el centro de la plaza bonaerense que les dio el nombre.
Al frente estaba la combativa líder Hebe de Bonafini, de 88 años, junto a otras tres Madres, todas en silla de ruedas empujadas por activistas. Detrás, una decena de mujeres ancianas avanzaba dando pequeños pasos, sosteniendo una gran bandera con la inscripción «La falta de trabajo es un crimen».
Como si fueran estrellas de rock, una nube de militantes y curiosos peleaba por un lugar para sacar una foto de las mujeres de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, antes de que comenzara un concierto de tono festivo.
«30.000 razones para seguir luchando», se leía en un cartel aludiendo a los desaparecidos.