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Luego de que Nexus comprara la cartera de afiliados de Masvida por $35 mil millones, y concretara su posterior traspaso a Óptima, la isapre más pequeña del mercado, el superintendente de salud, Sebastián Pavlovic, señaló que los socios podrán elegir libremente su destino.
En ese sentido, Pavlovic dijo que «los socios de la organización podrán decidir libremente si se mantienen o no ligados a la organización».
Dicho evento, conocido como «el fin del «corralito» no dejó indiferente a los expertos en el tema de la salud, quienes señalaron que los 500 mil afiliados deben ser cautos y no apresurarse.
Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, señaló que «la nueva isapre está obligada a respetar las condiciones de contratos y de precios. Desde esa perspectiva no hay apuro en cambiarse a otra isapre. Además, el miedo que existía era por una isapre que ya no es tal», detalló a Publimetro.
En la misma línea, aseguró que «lo óptimo es analizar lo que podría suceder en el mercado, y también mirar en detalle lo que ofrecerá la competencia, por lo que hay que ser cuidadoso con la cobertura que ofrecen, como los planes de hospitalización, consultas o exámenes», agregó el también ex superintendente de Isapres de la administración de Patricio Aylwin.
Consultado sobre cuál es el momento óptimo para tomar la decisión de continuar o emigrar de Masvida, Sánchez señaló que «hay que evitar el temor y esperar. Recién en marzo de 2018 Nueva Masvida tendrá la facultad legal para cambiar los precios, ese es un buen momento para ver qué camino seguir».
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Una opinión similar tiene Manuel José Irarrázaval, director del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad San Sebastián, quién señaló que «hay que informarse por todos los canales posibles y no dejarse llevar por la opinión de dos o tres personas ya que la realidad de cada uno es distinta».
Ante las dudas de una eventual desafiliación masiva, Sánchez, de la Unab, cree que «aún cuando las demás isapres buscarán captar aquellos clientes cautivos no debiese producirse una estampida masiva».
En cuánto a la preexistencia, que es el caso de aquellas personas que hoy sufren enfermedades graves, Sánchez, de la Unab, señala que «no serán aceptados por otras isapres. Ellas buscan clientes que no tengan enfermedades costosas».
Irarrázaval, de la San Sebastián, ve con preocupación este escenario ya que «es una situación dolorosa, eso hay que modificarlo, no puede ser que existan tantas trabas», señaló.
