Desde que a mediados de abril asumiera el liderazgo del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, Paola Tapia, de carrera funcionaria y primera mujer en asumir la cartera, ha centrado sus dardos en el combate contra la evasión, el cual ha identificado como uno de los principales problemas del Transantiago.
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A través del Plan Integral Contra la Evasión y un protocolo de acuerdo con cinco de los siete operadores del sistema de transporte público (Alsacia-Express se restó pocas horas antes), la debutante en la compleja secretaría de Transportes ha impulsado, en el corto plazo, la lucha contra el no pago como su principal caballo de batalla. Incluso se comprometió a disminuir en 5% la evasión en el trimestre marzo-junio.
Pese a los esfuerzos mediáticos por posicionar el problema, el debut de la gestión Tapia en torno al Transantiago no ha traído resultados favorables, según las cifras que entrega la última encuesta Adimark.
De acuerdo a la medición de abril, el sistema de transporte capitalino incrementó su desaprobación en un 3%, se ubicó en el 76%, 3 puntos más en comparación a marzo. En tanto, la aprobación disminuyó 1% (23%), en relación al mes anterior (24%).
No obstante estas cifras, la evaluación general de la ministra es muy favorables con relación a su antecesor Andrés Gómez-Lobo. Tapia debutó en la encuesta con un 43% de aprobación, 4 puntos más que el ex ministro. Mismo número obtuvo en desaprobación, ítem en que se diferencia aún más de Gómez-Lobo, quien en su última medición obtuvo 56% de desaprobación.
Hace exactamente una semana, la ministra anunció la instalación de 1.200 torniquetes, la creación de 50 zonas pagas en paraderos y el aumento en la fiscalización. A su vez, advirtió -en conversación con Publimetro-, que de continuar la evasión al alza «los pasajes van a tener que subir».