Economía

Chile quiere usar el modelo portugués para que las cerezas nacionales conquisten China

El mercado de este fruto es cada vez más creciente en el gigante asiático, donde quienes más lo cotizan son las personas de alto poder adquisitivo.

Una expedición de expertos chilenos en producción y exportación de cereza trabaja desde esta semana en Portugal con investigadores, productores y empresarios lusos para mostrarles su modelo de negocio y ayudarles a introducirse en el mercado de China.

Las actividades se celebran en la ciudad lusa de Fundao -próxima a la frontera de Salamanca y Cáceres en Espña- ya que es la comarca portuguesa con mayor producción de cereza y cuya marca «Cereza de Fundao» es la más preciada por el consumidor portugués.

Chile es el principal productor y exportador de esta variedad de fruta del hemisferio sur, con una superficie de plantación de 25.000 hectáreas, que se traducen en una media de 130.000 toneladas anuales.

Marlene Ayala, profesora de la facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Universidad Católica de Chile, explicó, tras el encuentro con empresarios y productores de Portugal, que «el 80 % de toda la cereza que se produce en Chile tiene como destino China».

Es un mercado donde un kilo de cereza puede tener un precio de venta al público de algo más de 6 euros (alrededor de $4.400), ya que «los que consumen las cerezas son habitantes chinos con alto poder adquisitivo».

En este sentido, recordó que la principal época del año en que abastecen de cereza a China es en el momento de la celebración de su año nuevo.

Ayala también avanzó que el objetivo de este encuentro, propiciado por el alcalde de Fundao, Paulo Fernandes, tras una visita que hizo a Chile, es el de «establecer alianzas entre productores o investigadores de universidades de ambos países para mejorar los sistemas de producción y exportación».

En el encuentro también participan con distintas ponencias varios investigadores y docentes de la Universidad Beira Interior, localizada en la región Centro de Portugal, donde está ubicada la comarca de Fundao.

La siguiente fase del encuentro será la visita de una expedición de productores y autoridades de Fundao a Chile para conocer de primera mano el modelo productivo.

Incluso, algunos empresarios portugueses mostraron hoy su interés por adquirir en un futuro próximo terrenos para plantar cerezos en Chile.

Ayala recordó la estrecha unión que mantienen desde la universidad con el sector productor y comercializador de la cereza en Chile, con el fin de ser muy competitivos.

El objetivo es producir variedades de cereza que tengan mucha resistencia y que mantengan sus propiedades las semanas posteriores a ser recolectadas, ya que el proceso de exportación siempre se demora.

De esta manera, los investigadores chilenos han impulsado sistemas tecnológicos novedosos para el proceso de manufactura de la cereza, según el profesor de Fisiología y Tecnología de Poscosecha de la Universidad Católica de Chile, Juan Pablo Zoffoli.

También avanzaron hoy que desde los departamentos de investigación genética intentan reforzar las variedades de cereza para que sus propiedades aguanten intactas, al menos, mes y medio tras ser recolectadas.

En Chile trabajan, sobre todo, con cinco variedades: santina, regina, lapins, bing y corazón dulce.

Desde 2000 se ha registrado un «boom» de producción de cereza en la región central de Chile y, debido a la aceptación en el mercado mundial, cada vez hay más plantaciones que avanzan hacia el sur del país.

Según María Elena Amigo, ingeniero comercial chilena, el precio mínimo para una hectárea apta para la plantación de cerezos oscila entre 20.000 y 27.000 euros.

El alcalde de Fundao, Paulo Fernandes, dijo que uno de los objetivos de los 400 productores que se dedican al sector de la cereza en esta comarca lusa es el de introducirse en un futuro en el mercado de China.

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