Economía

“Todos creen que estoy acá porque no tengo hijos”

Tania Cosentino es presidenta para América del Sur de una multinacional francesa que participa del programa HeforShe de la ONU.

“No fui tradicional”, dice Tania Cosentino al hablar sobre cómo se ha desarrollado  su carrera profesional.
A los 14 años tomó la especialidad eléctrica en la Escuela Técnica de Sao Paulo. Dos años despues ya estaba trabajando en el rubro y posteriormente complementó sus conocimientos estudiando ingeniería.
Hoy, Cosentino es presidenta de América del Sur de Schneider Electric, una compañía de innovación eléctrica, y es una activa líder en la promoción de la mujer y la diversidad en la empresa.
Por algo también esta compañía participa del programa de Naciones Unidas HeforShe que busca acelerar la carrera de la mujer al interior de su lugar de trabajo.

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“Del top500 de las empresas del mundo, menos del 10% de los CEOs son mujeres”, comenta Tania y agrega que “la pregunta es por qué esto pasa. Si cuando salimos de la universidad somos más que los hombres (52%) y entramos al mercado laboral con la misma visión, pero a medida que vamos creciendo, algo pasa que la mujer abandona su carrera, y no siempre es por la maternidad”, aclara.

Si bien, “todos creen que estoy acá porque no tengo hijos”, la ejecutiva asegura que en realidad depende de la ambición de cada uno. “Conozco mujeres que no tienen hijos y de igual forma no quieren trabajar, o aquellas que sí los tienen y ostentan una alta posición en su trabajo”.
Para Tania la hipótesis que podría explicar el hecho de que los altos cargos estén poco representados por las mujeres es porque ellas “expresan con menor frecuencia e intensidad sus ambiciones”.
Lo anterior puede reflejarse en distintas situaciones: desde pedir un aumento de sueldo hasta un cargo más alto en la empresa.

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“La mujer tiene que estar 100% lista para ofrecerse o hacer una petición, en cambio el hombre con un 60% de seguridad se lanza. Puede ser falta de seguridad o falta de un apoyo que nos promueva, ya que los hombres tienen más contactos que los recomienden”, detalla.

En su caso personal, destaca que ha intentado quebrar “este ciclo”, como lo denomina,  cada vez que  piensa que puede lograr algo nuevo. “Me lanzaba cuando estaba más o menos preparada y luego corría. No es fácil, pero tampoco difícil”, dice.
En este sentido, enfatiza la importancia de la red de apoyo y los roles que éstos cumplen para incentivar a las personas.  “Los papás y todos en la sociedad tenemos un papel importante que cumplir, y el de los padres es potenciar la confianza de sus hijos. Por ejemplo, mi mamá decía que hay que esforzarse, estudiar y trabajar, en cambio, mi papá me decía que yo puedo ser lo que quiera, siempre decía que era la más linda e inteligente, junto a mis hermanos”.
De hecho, su hermana es doctora en física y su hermanoes artistas, “porque nos dimos los espacios que cada uno buscó”.
Sin embargo, en la actualidad sigue siendo complejo ser mujer en un alto cargo, particularmente en rubros que, por tradición, son masculinos, como el eléctrico.
Si bien Tania dice que nunca le afectaron los prejuicios que podían producirse dentro de su empresa, “a veces era muy dura con los hombres”, pero que fue buscando sus propios espacios .

Diversidad en la empresa

De acuerdo a un estudio, 40% de las 500 empresas más grandes del mundo no estarán vivas en los próximos 10 años.
Ante estas cifras, Cosentino dice “yo quiero estar con mi empresa en el futuro y para eso tiene que ser innovadora y distinta al resto”.
¿Cómo lograrlo? Con diversidad. “Esto no es sólo de género, sino también raza, cultura, educación, experiencia, generaciones y más”, dice la ejecutiva, quien alude a tener una representación demográfica del lugar donde está inserta  la compañía.

“Si en un país hay 50% de personas negras en su población, ¿por qué dentro de la empresa no hay nadie de color?”, se pregunta Cosentino.

En un contexto en que todo lo que las compañías crean se vuelve obsoleto en poco tiempo, la ejecutiva recalca que la diversidad e inclusión entregan innovación en las compañías, característica catalogada como “una necesidad para vivir”, concluye Cosentino.

 

 

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