Acusado de corrupción, evasión de divisas y blanqueo de capitales, el ex presidente Lula da Silva ha aparecido ante sus seguidores y, acompañado de la ex presidenta, Dilma Rousseff, ha proclamado: «Estoy vivo y preparado para volver a ser candidato a la presidencia de la República». Confesaba que jamás podría mentir a personas que hace mucho tiempo le dieron su confianza y ha dicho que sólo hay interpretaciones contra él y pide ser «juzgado por pruebas». Lula da Silva llegaba al juzgado federal de Curitiba, en ese coche negro, en medio de impresionantes medidas de seguridad. En este otro vehículo blanco iba el juez Sergio Moro que ha podido leer, de camino al juzgado, carteles de apoyo. La ciudad, como el país se ha dividido en dos. Por un lado el color rojo del Partido de los Trabajadores, en el que milita Lula. Y por otro, los colores verde y amarillo de los que le acusan de corrupción y le representan con ese monigote de presidiario. Con cinco causas pendientes, en ésta ha declarado sobre la propiedad de un triplex de lujo, que figura a nombre de una constructora implicada en la trama de corrupción de la petrolera Petrobas. El juez sostiene que el verdadero propietario es Lula y que lo recibió a cambio de favorecer a la constructora. Video: Reuters.
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