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Acatar las normas de evacuación de la empresa y minimizar la exposición al riesgo son claves para enfrentar un sismo de gran magnitud en el trabajo.
Entre los puntos de riesgo habituales en las oficinas ante un evento sísmico está la exposición a mamparas de vidrio, equipos de aire acondicionado y focos de luces que pueden caer. Por esto, al enfrentar un sismo en la oficina, el especialista recomienda:
- Parar de trabajar: ante un sismo de cualquier magnitud, y aunque ya se esté acostumbrado, hay que detener el trabajo y observar el entorno. Si está tomando café o té mientras tiembla, procure alejar la taza de fuentes de energía como enchufe zapatilla, para evitar que el volcamiento del líquido produzca un corto circuito e incendio. También debe remover objetos que obstaculizan la evacuación.
- Mirar al techo: la mayoría de las oficinas tiene cielos falsos de material liviano, que no revisten mayor peligro en su caída. Pero hay que poner atención al desprendimiento de focos de luz que pueden pesar varios kilos. También son riesgosos equipos de aire acondicionado ubicados sobre el cielo falso, pero sin suficiente anclaje, y que ante un sismo de magnitud podrían caer.
- Bajo la mesa: durante el sismo, hay que quedarse en el puesto de trabajo. Si la intensidad del temblor pone en riesgo la integridad física, hay que buscar protección bajo un escritorio o mesa, arrodillado, colocando el mentón cerca del pecho cubriendo la cabeza con los brazos.
- Siga instrucciones: si el sismo no permite mantenerse en pie, cuando concluya los responsables de evacuación darán la instrucción de desalojo con un megáfono o alarma. No hay que reaccionar con pánico, ni salir de la oficina intempestivamente, ni usar ascensores. Hay que participar de la evacuación de manera ordenada y fluida. “Las personas que se encuentran de visita en una oficina, como clientes o servicio de mensajería, también deben seguir las pautas de evacuación de la empresa, cómo un trabajador más”, agrega Pérez.
- Escaleras de evacuación: el desalojo de la empresa conduce a las escaleras de evacuación, una de las zonas más seguras de los edificios, pues son de material sólido y no tienen elementos colgantes que pueden caer. Hay que bajar ordenadamente por la derecha, para dejar espacio a que por la izquierda suban equipos de búsqueda y rescate.
- Ayudar a personas con discapacidad: en el descenso, hay que colaborar con personas que tenga alguna dificultad para trasladarse, como no videntes. También preocúpese de apoyar a mujeres embarazadas y mayores de edad. Si tiene un compañero de trabajo que durante los temblores ha mostrado pánico o se ha paralizado, también es bueno guiarlo en el desalojo.
- La evacuación termina con autorización: la evacuación conduce a una Zona de Seguridad en la vía pública, habitualmente en la vereda. Los evacuados no pueden devolverse a buscar pertenencias o autos en estacionamientos. El monitor a cargo del desalojo, contará a las personas para comprobar si falta alguien y enviar a su rescate. Los trabajadores pueden ir a buscar a los hijos al colegio, a sus casas o volver a sus puestos de trabajo, una vez que el responsable de evacuación de la empresa lo autorice.