Alrededor de unos $20 mil millones pueden llegar a costar las obras de emergencia y reconstrucción de puentes en las regiones de Atacama y Coquimbo, luego de los destrozos causados por las inundaciones registradas en esa zona del país por las recientes lluvias.
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Así lo informó el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, en entrevista concedida a radio Cooperativa. «Un primer cálculo que hizo el subsecretario Sergio Galilea daba cuenta que solo en las obras de emergencia, vale decir, limpieza y reposición de caminos sin contar puentes, vamos a tener un gasto de 3.000 millones de pesos», dijo el secretario de Estado.
Y agregó que «cuando ya nos acercamos a los puentes, cada puente puede costar entre $4.000 y $6.000 (millones) cada uno de ellos, y vemos que tenemos unos tres puentes de esa magnitud con ese problema, por lo tanto podemos llegar a los $20 mil millones, incluyendo puentes».
Según el titular del MOP, ese catastro no está claro al día de hoy, pero solo en obras de emergencia, en limpieza de calles y vivienda (el centro de atención de esa cartera en Copiapó, Chañaral, El Salado, Diego de Almagro y Tierra Amarilla), y la reconexión de caminos con maquinaria, se podría hablar de unos $3.000 millones.
Undurraga también explicó que lo ocurrido en Chañaral ahora es distinto a lo de 2016. «La situación es distinta a la del año pasado, porque el efecto principal estuvo en una quebrada y no en el río Salado, donde las obras de encausamiento ayudaron, no 100%, pero ayudaron».
En relación a lo ocurrido con el embalse Recoleta, cuyo rebalse obligó a la evacuación de unas 1.500 personas, el ministro Undurraga dijo que se está investigando “cuándo exactamente, pero aparentemente en 2006, 2007, los regantes que administran los embalses en Chile construyeron un muro, una especie de pandereta que no aguanta toda la fuerza del agua, y ahí hay dos irregularidades que son parte de la investigación: Primero, sí tenía o no los permisos adecuados y, segundo, el tipo de construcción que se hizo».
Pero fue enfático al señalar que «los embalses en Chile están preparados para resistir aluviones, para resistir terremotos».