Imagínese este escenario: un grupo de los más peligrosos criminales, presos por asesinato, peleas o tráfico, todos en línea ordenados a la espera del correo que reciben en la cárcel.
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Sin embargo, lo que esperan no son cartas ni regalos desde el exterior, sino que algo bastante más llamativo, una muñeca infalible.
Por muy ridículo que esto suene, la idea ha generado debate luego que se hiciera pública una carta de Jack Swaresz, de 48 años, y condenado a pasar 17 años encerrado en una cárcel de Inglaterra.
En la misiva, publicada en el Inside Time, un medio para prisioneros, presentara la idea de que los reclusos tendrían un mejor comportamiento si pudieran tener una compañera sexual de plástico.
El tema comenzó a hacerse viral, considerando que en varios recintos de Europa no se permiten las visitas conyugales.
«Tengo una propuesta que debería ser considerada cuidadosamente. Podría ayudar a aliviar este problema en curso y, a su vez, ayudar a desestresar las alas de cada establecimiento de la longitud y la amplitud de nuestra nación «, escribió Swarez.
Pero la propuesta del reo no tiene que ver solo con sus necesidades sexuales, porque en su carta explica que incluso podrían transformase en compañeras de los presos. “Los reclusos podrían pasar tiempo con sus compañeras de goma. Podrían disfrutar noches de citas, ver novelas juntos o escuchar música, todo lo que se hace con una pareja normalmente”, escribió.
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Pero, ¿Podría un incentivo sexual ayudar a los hombres a frenar sus frustraciones y domar su mal comportamiento al interior de los recintos penales.
El sicólogo forense citado en el artículo publicado en New York Post, Marcelo Rodríguez, reconoce que los hombres se sienten sexualmente frustrados en la cárcel, no obstante, por lo que dice que es importante considerar esta cuestión a nivel mundial.
el especialista acota que “algunos hombres tendrán altos niveles de testosterona circulando en su sistema y es probable que sean más agresivos. Sin embargo, la frustración sexual podría ser un factor que contribuye a la agresión, pero es poco probable que sea el único factor «, concluye.