Reciclar residuos, creación de huertos urbanos, talleres de eficiencia energética y alimentación saludable son los términos más escuchados entre los vecinos de la Villa Santa Elena de la comuna de Macul, quienes hace seis años son parte de un Ecobarrio.
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Un Ecobarrio es un proyecto urbanístico desarrollado por una comunidad, que permite en un determinado espacio físico, impulsar iniciativas relacionadas con el medio ambiente para cuidar la biodiversidad y con sus acciones aportar a mejorar la calidad de vida.
Con este objetivo en el 2012 los vecinos de Macul instalaron un “punto limpio” en la villa Santa Elena, donde cada uno de los 5.500 habitantes del sector reciclan los residuos de las mil casas y 300 departamentos, llegando a reciclar en promedio dos mil kilos de residuos mensuales.
“En nuestro punto limpio reciclamos productos como diario, papel blanco, botellas plásticas, latas y cartones los que vendemos en alianza con la empresa Recupac y reinvertimos el dinero en proyectos de la misma comunidad, además de reciclar elementos como aceite de cocina, pilas, vidrio y residuos computacionales”, cuenta Carla Silva, vocera del Ecobarrio Villa Santa Elena.
Según cifras de los mismos vecinos, el punto limpio ha generado una reducción de 240.390 Kwh de electricidad, ahorro de 48.898 litros de agua y 68 toneladas de CO2 en estos seis años.
El ahorro energético que se ha producido, se debe a la creación del “Centro del cuidado el medio ambiente”, un espacio de 600 metros cuadrados con un aula invernadero de 80 metros cuadrados, en el que los vecinos interesados desarrollan huertos urbanos, paneles solares, talleres de eficiencia energética y alimentación saludable.
La realidad de los vecinos de Macul, se ha replicado en otros puntos del país, los que han podido surgir gracias al apoyo financiero del Ministerio de Medio Ambiente, a través del Fondo de Protección Ambiental (FPA), el que ha aprobado 1.200 proyectos y ha entregado 12 mil millones de pesos en 20 años.
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“Hemos financiado diversos proyectos y una parte de ellos son los Ecobarrios, con los que nos hemos dado cuenta que se pueden recuperar espacios perdidos como basurales, y se pueden transformar en huertos urbanos o plazas de bolsillo, logrando un aporte para la comunidad y al cambio climático”, explica Marcelo Mena, ministro de Medio Ambiente.
El programa ha estado presente en 309 comunas del país, lo que quiere decir que el 89.3% de las comunas del territorio han desarrollado al menos un proyecto gracias a este Fondo de Protección Ambiental, según el Ministerio de Medio Ambiente.
Para postular al FPA, los vecinos de cualquier barrio de Chile, deben comprometerse a contribuir a mejorar la calidad ambiental del territorio y completar un formulario disponible en la web del Ministerio de Medio Ambiente, que entrega $30 millones para dar el vamos a un ecobarrio.
Este proceso es el que siguieron los vecinos del Ecobarrio Patrimonial Yungay de la comuna de Santiago, quienes desde el 2014 han construido una organización con voluntarios que llegó a tener diez huertos urbanos de forma paralela.
“Quisimos ocupar los espacios públicos del barrio, partiendo por nuestra junta de vecinos, para hacer huertos que sirvan a la misma comunidad, de hecho cada uno de los alimentos cosechados se entregan a las personas que lo necesitan”, relata Mireya Muñoz, presidenta de la organización.
Ambos ejemplos de Ecobarrio concuerdan que los proyectos que han desarrollado, han traído como consecuencia una unión entre los vecinos y un retorno de la “vida de barrio”.