En los alrededores de la Casa Blanca ha estado sonando una palabra que ningún mandatario del mundo quiere escuchar, destitución. Los escándalos sobre filtraciones de información y supuestos pagos desde Rusia a EEUU, han hecho pensar que el Gobierno de Donald Trump tambalea en Washington.
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A tal punto a llegado esta posibilidad, que el mismo Trump, denunció una “caza de brujas” en su contra tras el nombramiento de un fiscal especial, el ex director del FBI, Robert Mueller, para supervisar la investigación sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones y los posibles nexos con su campaña.
En su cuenta de Twitter, Trump afirmó que se trata de la “mayor caza de brujas” contra un político “en la historia de Estados Unidos”.
Pese a que no ha completado ni la décima parte de su mandato, Trump podría ser acusado de obstrucción a la justicia por supuestamente haber presionado al ex director del FBI, James Comey, despedido por sorpresa hace una semana.
Trump le habría pedido en febrero que dejase de investigar a su ex asesor de seguridad nacional, el general Michael Flynn, que se reunió varias veces en secreto con el embajador ruso en Washington y mintió sobre ello a sus jefes.
Al respecto, el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes ha pedido al FBI que le entregue los documentos en los que Comey habría anotado sus encuentros con Trump, según publicó The New York Times y confirmó NBC News.
El Senado, también bajo control republicano, quiere que Comey testifique en público y en privado. De ello depende la evolución de un caso potencialmente explosivo.
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En tanto, el departamento de Justicia ha nombrado a otro exdirector del FBI, Robert Mueller, para supervisar la investigación de los posibles vínculos entre la campaña de Trump y Rusia. Igual que James Comey, Mueller es un hombre con fama de independiente y su nominación ha sido interpretada como un intento del Gobierno de calmar a quienes piden respuestas.
El impeachment
Mientras, los demócratas afilan las armas. El representante por Texas Al Green pidió iniciar el proceso de destitución, en el que la Cámara de Representantes acusaría formalmente al presidente de cargos delictivos y el Senado lo sometería a juicio. La petición tendría que superar el filtro del Comité Judicial de la cámara, algo que por ahora parece poco probable.
¿Por qué? El ‘impeachment’ es la única herramienta que existe para destronar al presidente de EEUU, una figura casi absolutista. Es una medida tan extrema que en 241 años de historia sólo ha sido aplicada contra dos mandatarios: Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998; ambos fueron absueltos.
Richard Nixon dimitió antes de someterse al proceso, pero dado su afán de impedir la investigación del Watergate, su caso es el que más comparaciones inspira.
Estos son los pasos que se deben seguir para iniciar el proceso:
- La Constitución de Estados Unidos establece que un presidente puede ser destituido por «traición, soborno, delitos graves o abusos de poder».
- La Cámara de Representantes debe votar a favor de inicio del proceso.
- El Comité Judicial comenzará las audiencias para ver si son ciertos los delitos que se le imputan a Trump.
- Si el Comité decide que hay pruebas, será de nuevo el Congreso el que vote a favor o en contra de la destitución.
- Si vota a favor, será el Senado la cámara que actuaría como juez en el juicio. Los senadores deberán decidir sobre el futuro del mandatario.
- Para destituir al presidente se necesita que dos tercios del Senado voten a favor de la medida.
¿Bajo qué motivos se puede pedir iniciar este proceso?
La Constitución de Estados Unidos establece que un presidente puede ser destituido por «traición, soborno, delitos graves o abusos de poder».
Esta vez, el motivo que mueve que esta vez se inicie el proceso se relaciona directamente a abusos de poder con consecuencia de obstrucción de justicia.