Tras una semana de revelaciones e incertidumbre política en Washington, Donald Trump inició este sábado una visita a Arabia Saudita, primera etapa de su primer viaje al exterior como presidente de Estados Unidos.
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La llegada con gran pompa de Trump a Riad, donde pronunciará un discurso sobre el islam, contrastó con el recibimiento glacial que recibió hace un año el ex presidente Barack Obama, criticado por acercamiento a Irán, gran rival de Arabia Saudita.
El Air Force One aterrizó poco antes de las 10H00 (07H00 GMT) en el aeropuerto internacional King Jaled de Riad.
Trump se mostró distendido, pese a la avalancha de revelaciones previa a su partida, que lo deja en una posición delicada en su país. El viernes el Washington Post afirmó que la investigación del FBI sobre posibles vínculos de la campaña de Trump con Rusia implica a un alto funcionario de la Casa Blanca.
Por su parte el New York Times reveló que Trump había calificado de «loco» al exdirector del FBI James Comey, un día después de haberlo despedido, durante un encuentro con el canciller ruso Serguei Lavrov en el Salón Oval.
– Salón de honor –
Al pie de la escalinata del avión, el rey Salmán de Arabia Saudita, de 81 años, estrechó la mano de Trump y de su esposa Melania.
La primera dama de Estados Unidos, con el cabello suelto, estaba vestida con un sobrio pantalón negro y una camisa de mangas largas del mismo color y un ancho cinturón dorado.
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El rey saudita, que caminaba apoyándose en un bastón, acompañó a la pareja presidencial al salón de honor del aeropuerto, donde se sentó con Trump a su derecha y Melania a su izquierda.
Ivanka, la hija mayor de Trump, y su esposo Jared Kushner forman parte de la delegación oficial estadounidense.
Trump se entrevistará este sábado con los dirigentes sauditas y el domingo pronunciará un discurso sobre el islam ante unos cincuenta dirigentes árabomusulmanes.
Esta visita es la primera etapa de una gira durante la cual Trump hará escala en Jerusalén, Belén, Roma, Bruselas y Sicilia.
Los países sunitas del Golfo desconfiaban de Barack Obama y al igual que Israel, Arabia Saudita y sus aliados se felicitaron de la elección de Trump.
El rey Salman pidió «una nueva relación» entre Estados Unidos y los países musulmanes, muchos de los cuales estarán presentes el domingo en Riad.
«Habrá un mensaje más duro sobre Irán, no les dará una lección sobre democracia y derechos humanos y [Trump] será aplaudido», asegura Philip Gordon, del Council on Foreign Relations.
La Casa Blanca quiere mayor implicación de los países del Golfo en la lucha contra los «terroristas islámicos radicales», como los califica Trump.
También se esperan anuncios de contratos de armamento durante la visita.
– Sin experiencia exterior –
Este primer viaje —cinco países en ocho días, entrevistas bilaterales, desde el rey saudita Salmán al papa Francisco, pasando por el nuevo mandatario francés Emmanuel Macron— promete ser un ejercicio difícil para el presidente de Estados Unidos.
En Riad, el presidente hace una apuesta arriesgada con un discurso sobre el islam. «Voy a pedirles que combatan el odio y el extremismo», prometió Trump antes de salir de Estados Unidos, citando una «visión pacífica del Islam».
En Israel, donde espera impulsar un acuerdo de paz con los palestinos, Trump se reunirá en Jerusalén con su «amigo», el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y con el presidente palestino Mahmud Abas, en Belén, en los territorios palestinos ocupados.
En el Vaticano se entrevistará con el papa Francisco, que tiene posiciones muy distintas a las de Trump sobre la inmigración o el cambio climático.
Europa, donde Trump ha sembrado confusión con declaraciones contradictorias sobre el Brexit o el papel de la OTAN, será la última etapa de su gira con una cumbre de la alianza atlántica en Bruselas y otra del G7 en Taormina (Sicilia, Italia).