El exjefe de la Dirección de Finanzas, el general en retiro de Carabineros Flavio Echeverría, quien ha declarado tres veces por el millonario fraude al interior de la institución, señaló que “ellos pagaron mi silencios.
PUBLICIDAD
La primera vez que fue interrogado por el fiscal regional de Magallanes, Eugenio Campos, quien lidera la cauda, fue el 20 de marzo y fue en calidad de testigo, y sólo debió explicar cómo funcionaba la repartición que dirigía al interior de Carabineros.
En la oportunidad, Echeverrá declaró que todo se debía a una falla del sistema computacional de remuneraciones e hizo énfasis en que la situación había sido solucionada por un subalterno, según consignó La Tercera.
Luego, el 24 de marzo, el exjefe de la Dirección de Finanzas declaró en calidad de imputado ante el mismo persecutor, instancia donde dijo que “efectivamente, reconozco que el 20 de enero declaré ante el fiscal, pero omití información que ahora quiero aportar”.
En cuanto a las operaciones fraudulentas, que él denomina “salidas informales de fondos”, comenzaron en 2008, cuando trabajaba en el Departamento III de Tesorería y Remuneraciones de Carabineros y fue invitado a participar de este núcleo cerrado de personas por el coronel Arnoldo Riveros.
“A partir del año 2008 comencé a recibir ‘recursos’ en mi cuenta corriente del Banco de Chile, la cual tengo hace más de 15 años. Dichos recursos, lamentablemente, no los supe controlar”, declaró Echeverría, agregando que “(Riveros) me dijo que había unos depósitos para mis gastos personales. Esos dineros que fueron por alrededor de $ 30 millones, los invertí y los gasté. En ese año yo tenía como remuneración líquida alrededor de $ 2.300.000 (…). Yo no le conté a nadie y, como dije, me quedaba con todos los montos que me depositaban”.
Según indicó, los integrantes más antiguos de la denominada “Mafia de la Intendencia” quisieron corromperlo para que no interrumpiera su esquema defraudatorio y manifestó que “con ese depósito, ellos pagaron mi silencio, ya que ellos sabían que el año siguiente yo me iba a Contraloría. Yo cuando controlaba tenía la fama de ser ‘pesado’ y detallista, pero ahora para el proceso informal pasaba a ser ‘un aliado’”.
PUBLICIDAD
El general en retiro llegó a su nuevo trabajo en 2009, los depósitos comenzaron a crecer y llegaron a los $60 millones en entregas parceladas de $20 millones.
“En cuanto a un déficit, sinceramente no sé cómo se maquillaba, el presupuesto era flexible, por lo que si faltaba se pedía, este era una bolsa, se reasignaban recursos de otras partes”, señaló Echeverría por el modus operandi que tenían para ocultar los desfalcos.
En medio de su segunda declaración, también señaló cómo comienza a destaparse el fraude al interior de la institución y dijo que todo se inició con la llamada de un funcionarios del Banco Estado, Alejandro Cobián, quien le consulta por el depósito de $ 300 millones en la cuenta corriente del capitán Felipe Ávila de Punta Arenas.
«Yo dispongo que se averigüe de esto, llamo al comandante Nail y luego al coronel Paz, para que le diga a Nail que vea esa situación. Al día siguiente llega Nail y me indica que era error del calculador, el argumento de siempre. Dispongo que se proceda por Ávila a la devolución”, afirmó el ex general.
El fiscal Campos también le preguntó si es que dimensionaba que el fraude llegaba a los $20 mil millones, a lo que el exuniformado le respondió que «nunca lo dimensioné, nunca”.
Entre las revelaciones que realiza Echeverría, destaca el supuesto pago de servicios de salud a ex funcionarios que no estaban activos luego del terremoto del 27/F.
“Debo agregar que dentro de ese grupo estaban familiares de algunos generales en períodos anteriores, entre otros, la esposa del general (Eduardo) Gordon y la esposa del general (Eduardo) Vera. Acá se hacían pagos sin acto administrativo», indicó.
Asimismo, confesó de pagos a abogados de funcionarios, como Mauricio Unda, quien ha defendido a carabineros que están vinculados a casos de violación de Derechos Humanos, y según aseguró, los letrados recibían dinero que después «distribuían entre sus representados».
Consultado por los reservados y su uso, ya que 10% de estos fondos eran asignados para «gastos varios» dentro de la institución, Echeverría enfatizó que eran utilizados para fines ajenos a la labor policial.
“Se ocupan para comprar regalos de cumpleaños para los señores generales y sus cónyuges, como también para Navidad y, además, para los generales que se van a retiro. Se compran relojes para el matrimonio, por lo tanto, el aporte que yo recibo de los $ 450 mil está dentro de los $ 240 millones que se distribuyen para los señores generales. Lo que quiero decir, que se da un destino diverso al de la ley”, manifestó el exgeneral.
“La realidad es que los $600 millones por concepto de gastos reservados tienen un objeto legal distinto al comentario que le señalé en la pregunta anterior. Por cuanto dicho monto, en total, debería ser gestionado a la labor de Inteligencia a nivel nacional”, puntualizó.