Espías estadounidenses interceptaron hace un año comunicaciones en las que funcionarios rusos hablaban sobre cómo utilizar a los asesores del entonces candidato Donald Trump, para influir en las posturas del ahora presidente sobre Rusia, según un artículo de este miércoles del The New York Times.
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Los funcionarios del Kremlin hablaron concretamente sobre Paul Manafort, en ese entonces jefe de campaña de Trump y del general retirado Michael Flynn, quien llegaría a ser asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca pero que se vio forzado a dimitir tras pocas semanas en el cargo.
Según el Times, algunos de los funcionarios rusos alardearon sobre su proximidad con Flynn, mientras que otros abogaron por utilizar al ex presidente ucraniano exiliado en Rusia, Viktor Yanukovych, que había trabajado de cerca con Manafort.
Estas conversaciones forman parte de las pruebas que la inteligencia estadounidense entregó al FBI para que abriese una investigación sobre la posible injerencia rusa en los comicios presidenciales de 2016, incluyendo sus posibles contactos con la campaña de Trump.
Tanto Flynn como Manafort han negado contactos con el Kremlin y las conversaciones a las que el Times hace referencia no aclaran si los rusos intentaron finalmente utilizarlos.
«Si alguna vez hubo algún intento por parte de los rusos de influir en mi, yo no lo sabía, y habrían fracasado», expresó en un comunicado Manafort.
Este martes, el ex director de la CIA John Brennan afirmó ante el Congreso que el Kremlin «contactó e interactuó» con el equipo de campaña del Trump, aunque no confirmó que se coordinaran en sus esfuerzos por minar las aspiraciones de Hillary Clinton.
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En una audiencia pública ante el Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, Brennan, que dirigió la Agencia Central de Inteligencia (CIA) entre 2013 y enero pasado, aseguró que Rusia interfirió «descaradamente» en las presidenciales, con el claro objetivo de «dañar» a la demócrata Clinton y favorecer al actual mandatario.
Tanto el FBI como el Congreso investigan desde hace meses la presunta injerencia rusa en los comicios y los contactos de los asesores de Trump con funcionarios del Kremlin.