En plena Segunda Guerra Mundial, los hermanos Horten presentaron a los jerarcas de la Alemania nazi un modelo de avión que pretendía convertirse en la estrella de la flota germana: el Horten Ho 229.
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La idea nació luego que el comandante supremo de la Luftwaffe Hermann Göring pidiera la construcción de una nave que fuera capaz de superar los mil kilómetros por hora de velocidad, además de poder portar hasta una tonelada de bombas a una distancia de al menos mil kilómetros.
El guante fue tomado justamente por los hermanos Horten, quienes presentaron un proyecto que fue aprobado por las autoridades, siendo también un modelo que tenía diversas ventajas: ahorraba combustible, usaba nuevos motores de reacción y minimizaba la resistencia al aire.
La empresa Gotha recibió el encargo de realizar 40 alas volantes de este tipo, siendo probado un prototipo en 1945. Sin embargo, la inminente derrota de los nazis en el conflicto bélico destruyó la posibilidad de construir los cazas. Pero en Estados Unidos si pudieron cumplir en parte el sueño, luego que confiscaran todos los detalles de los aviones.
El hecho fue relatado por National Interest en el marco de la construcción de los bombarderos furtivos B-21 que es desarrollado por Northrop Grumman. Ante esto, el firmante del artículo indica que el modelo es basado en el Horten Ho 229.
«El primer avión reactivo de este tipo fue inventado por los hermanos Horten, que servían a la Alemania nazi. Recibió el apodo de ‘cazabombardero furtivo de Hitler’, aunque no totalmente merecido», expresó.
En ese sentido, afirmó que pese al interés de los alemanes en construir la nave, y el gran poderío que podrían haber logrado por sobre sus rivales en la Segunda Guerra Mundial, lo cual pudo cambiar el curso de la historia, el avión todavía estaba lejos de su producción en serie.