El presidente de la Sociedad de Fomento Fabril, Hermann von Mühlenbrock, entregó detalles del espionaje que sufrió el gremio, luego que el vicepresidente de la institución y director de Empresas Carozzi Juan José Llungany, descubrieran un micrófono al interior de su oficina.
PUBLICIDAD
«Inmediatamente se encargó a una empresa especializada la revisión completa de nuestras oficinas y equipos de comunicación, y contratamos la asesoría jurídica correspondiente. Luego, con los informes recibidos, se informó al Comité Ejecutivo (de la Sofofa), que acordó hacer de inmediato la denuncia a la fiscalía con la finalidad de investigar, esclarecer estos hechos y determinar a sus responsables», contó Von Mühlenbrock a El Mercurio.
Respecto a las responsabilidades del hecho, el timonel prefirió no elaborar ninguna tesis y decidió esperar la investigación del Ministerio Público, lugar en que gremio interpuso una denuncia.
Me parece inaceptable que frente a una gravísima agresión a la institucionalidad de la Sofofa, que afecta no solamente al gremio sino que también a los empresarios y al país, se hagan conjeturas y se especule sin ninguna base»
“Es al Ministerio Público a quien le corresponde determinarlo. Nosotros solo denunciamos los hechos», remarcó.
Respecto a las versiones que indican que el hecho se trata de un automontaje o de espionaje a raíz de las próximas elecciones de la Sofofa, las que se realizarán la próxima semana, Von Mühlenbrock descartó de plano dichas tesis.
«Me parece inaceptable que frente a una gravísima agresión a la institucionalidad de la Sofofa, que afecta no solamente al gremio sino que también a los empresarios y al país, se hagan conjeturas y se especule sin ninguna base. Nosotros como Sofofa hemos optado por un camino diferente, el de la responsabilidad y pleno apego a la institucionalidad», aseguró.