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Familia siria refugiada en Argentina prefirió regresar a Alepo porque era muy difícil vivir en el país transandino

El padre confesó que “pensamos que la vida aquí sería más barata y que nuestras hijas tendrían futuro”, pero en Argentina “hay hiperinflación”, mientras que “vivir un mes en Siria cuesta 150 dólares”.

(OMAR HAJ KADOUR/AFP)

Taufiq Touma y Ani Hadad son los padres de una familia siria que hace cinco meses atrás decidieron regresar con sus dos hijas a Alepo, luego que escaparan de la guerra hacia Argentina.

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La familia de refugiados llegaron a Pilar, una localidad de la provincia de Córdoba, donde fueron recibidos por una familia argentina dispuesta a ayudarlos a comenzar una nueva vida. Pero no pudieron. Nunca lograron sentirse como en casa y por eso volvieron a tomar una decisión drástica: regresar.

Desde Ezeiza, justo antes de partir, Taufiq habló con el medio argentino La Nación y contó: «Me gustó mucho estar acá pero tuve mala suerte, no pude conseguir trabajar para poder ayudar a mi familia y vivir bien acá».

Su principal atadura son sus amigos y familia, quienes siguen viviendo en Siria, «me cuesta armar todo eso de nuevo. Más allá del tema de la plata, prefiero no quedarme encerrado todo el tiempo, por no conocer a nadie. No tengo a nadie acá [en Argentina]. Me la paso ansioso, encerrado, fumando. Prefiero volver a mi país».

En la entrevista, Taufiq también explicó que el no saber el idioma fue uno de los principales obstáculos. Al igual que todas las familias sirias que viven en Argentina para salir de la guerra, se les ofrece un programa de estudio de español, que solo fueron provechosos para las niñas, que pudieron dominar un poco más el idioma.

Antes de llegar Argentina, Taufiq sufrió las consecuencias de la guerra en carne propia: una bomba explotó en el local en el que él trabajaba y las esquirlas destrozaron su columna. Hoy su espalda está «soldada», lo que dificulta mucho su movilidad.

Esta lesión fue otra de las razones por las que este hombre no pudo conseguir trabajo en la Argentina. Durante el tiempo que estuvo en Pilar, trabajaba como chofer de su familia y de otros refugiados sirios. Taufiq insistió en que no quiere pedir plata prestada, que quiere trabajar, y que considera que le va a ser mucho más sencillo hacerlo en su país, donde conoce a mucha gente y habla el idioma.

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El retorno a Alepo

Ahora, ya de nuevo en casa, la familia se comunicó con los argentinos que los ayudaron en Pilar y desde Siria afirmaron que «Estamos muy bien, estamos contentos de estar aquí», de acuerdo a lo publicado por el diario El País.

También aseguraron que no es fácil contactarse por teléfono porque tienen pocas horas de electricidad, que no tienen agua potable y que están obligados a comprar bidones.

Taufiq en Aleppo tenía una perfumería. De eso trabajaba. Al regresar, se encontró que todo seguía allí donde él lo había dejado. A sus contactos argentinos hasta les envió fotos del negocio lleno de cosas listas para la venta y asegura que ahora está buscando la forma de conseguir dinero para volver a fabricar sus propios perfumes.

 

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