La madrugada del 31 de mayo los once tripulantes del Airbus LV-FVI de Aerolíneas Argentinas y el piloto del vuelo AR 1302, Martín Hughes, se convirtieron en héroes. Matías, un pasajero de ocho años sufrió una insuficiencia respiratoria en pleno vuelo, situación que ponía en peligro su vida.
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El avión despegó sin problemas desde el aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, con destino a Miami. Entre las decenas de personas que iban a bordo, un niño iba con su mamá, su papá y su hermana con destino a Disney, pero empezó a sentirse mal. Le faltaba el aire y se había hinchado. Creían que sufría un neumotórax espontáneo derivado del cambio de presión. En ese momento comenzaron los gritos de desesperación, corridas de las azafatas y de los pasajeros que eran testigos de una situación de vida o muerte.
Entre los pasajeros se ofrecieron a ayudar una médica que era especialista en neumotórax y otros dos médicos que realizaron prácticas de reanimación, quienes se dieron cuenta de inmediato de la gravedad de la situación: el pequeño requería una inmediata atención en tierra y estimaban que no resistiría hasta Colombia, donde estaba prevista la escala.
«Les juro que el momento fue sumamente tenso. La médica estaba muy preocupada. Comúnmente son un poco más fríos, capaz debido a la profesión, pero la cara de preocupación era importante. Había otros médicos y ella preguntaba si todos apoyaban la decisión de bajar y pedirle al comandante para que él tomara la decisión final y lo que se iba hacer. Bajar en Bogotá era mucho tiempo», contó la integrante de la tripulación y la que primero asistió la emergencia, Lorena Lecea, al diario transandino El Clarín.
También, en diálogo con Clarín, Lecea reconoció que se vivieron minutos de extrema angustia hasta que la médica, cuya identidad no trascendió, le pidió al comandante, el responsable del vuelo, que bajara cuanto antes para salvar al pequeño. Hughes decidió aterrizar en Viru Viru, en el aeropuerto más cercano, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Antes del aterrizaje, Hughes declaró el vuelo en emergencia, contó la situación a la torre de control y pidió un operativo especial para que el pequeño recibiera atención médica urgente.
Una vez llegaron al aeropuerto, lo bajaron y llevaron en ambulancia a la Clínica Foianini, donde fue internado en terapia intensiva. De acuerdo con el informe que difundió Aerolíneas Argentinas, el pequeño ingresó a la clínica con una «insuficiencia respiratoria por una crisis obstructiva severa de tórax y cuello, sumado a un cuadro de angioedema que podía haber terminado en un cuadro de neumotórax».
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Elogios al piloto y la tripulación
El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, la tarde de ayer publicó en su cuenta de Twitter un reconocimiento por la actuación de toda la tripulación, «Felicitaciones a la tripulación del vuelo AR1302 que aterrizó de emergencia en Bolivia para salvar de un niño».
Además del comandante Martín Lorenzo Hughes y de la azafata María Lorena Lecea; el ministerio destacó la actuación de los primeros oficiales Pablo Cereghetti y Maximilano Buchmuller; el jefe de Cabina Angel Pierini, la comisario de abordo Silvia Valcarcel, y los auxiliares Graciela Carrera, Erica Noguera, Olga Laszuk, Pablo Witte, Matías Da Silva y Silvina Marce.