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Rechazada fue la propuesta de anular el mandato del presidente Michel Temer realizada este viernes por el relator del informe sobre los comicios de 2014 en Brasil. La decisión se tomó con un estrecho margen de 3 votos contra 4 de acuerdo a lo previsto por los analistas, quienes apostaron que el mandatario, acosado por otras denuncias de corrupción, sería absuelto en este juicio.
«Voto por la anulación de la fórmula presidencial elegida en 2014, por los abusos que fueron investigados», declaró el relator, Herman Benjamin, al cabo de una extensa ponencia ante el Tribunal Superior Electoral (TSE). Decisión que fue seguida por los jueces Luiz Fux y Rosa Weber, contando así tres votos.
Por su parte, el ministro Napoleón Nunes Maia Filho votó por la improcedencia de la acción, afirmando que no ha sido probada la imputación a los acusados en la acción. «En razón de eso, señor presidente, voto por la improcedencia total de los pedidos en las acciones», dijo. Votaron igual los jueces Admar Gonzaga, Tarcisio Vieira y Gilmar Mendes.
El presidente de la corte, Gilmar Mendes, fue el último en votar y el encargado de desempatar la reñida votación que decidió el futuro de Temer. «No se sustituye a un presidente de la República en cualquier momento (…) La anulación de un mandato debe ocurrir en situaciones relevantes» e «inequívocas», se justificó.
El TSE examina desde el martes en maratónicas sesiones si la reelección hace tres años de la fórmula Rousseff (PT, izquierda)-Temer (PMDB, centroderecha) debe ser invalidada por abusos de poder y financiación ilegal de la campaña, dentro del megafraude a Petrobras.
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La tormenta política que estalló hace tres semanas con la divulgación de una comprometedora grabación llevó a la corte suprema a abrirle una investigación por corrupción, organización criminal y obstrucción a la justicia.
La acusación a Temer
Uno de los puntos en que se apoya la acusación es una confesión del grupo Odebrecht, que ha admitido que aportó 150 millones de reales (hoy unos 45 millones de dólares) a esa campaña y que ese dinero fue fruto de sobornos pactados a cambio de varios contratos que le fueron adjudicados por la petrolera.
Esa tesis fue respaldada por cuatro de los jueces del tribunal electoral, con lo que sus votos no tendrán en cuenta lo que Benjamin ha considerado uno de los aspectos «fundamentales» de la acusación.
Si esa posición se impone, analistas jurídicos consideran que los cargos perderán mucho de su peso y se abriría el camino a la posible abstención de Rousseff y Temer. Por el contrario, si hubiera una sentencia condenatoria, Temer ha adelantado que utilizará todos los recursos previstos en la ley, con lo que el proceso se prolongaría durante meses.
En caso de que esa eventual sentencia se ratifique y tenga carácter firme, el Congreso tendría que convocar a una elección parlamentaria indirecta para escoger a quien presidiría el país hasta el fin del presente mandato, el 1 de enero de 2019.
No obstante, si la fórmula Rousseff-Temer resulta absuelta, el gobernante se concentrará en otro frente jurídico que tiene abierto en la Corte Suprema, que le investiga por supuestos delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la Justicia y asociación ilícita.
Esas sospechas se fundamentan en confesiones de directores del grupo JBS, que han declarado a la Justicia que sobornan a Temer desde 2010 y han entregado unos audios que comprometen la situación del mandatario.