Este jueves, el Instituto Nacional de Estadísticas informó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) tuvo una variación positiva de sólo 0,1% en mayo, confirmando las estimaciones del Banco Central de que el costo de la vida sube, pero a paso lento.
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Productos como los tomates y el limón evitaron que el indicador se incrementara más en el quinto mes del año. Y pese a que los valores de los servicios de transporte aéreo subieron en esta ocasión, junto con el valor de los pasajes de buses interurbanos, han colaborado a que en lo que va del año, la inflación acumule un 1,5%.
“Cuando una economía se desacelera como la nuestra, disminuye la demanda y por lo tanto los precios presentan ajustes como el que estamos observando en estos momentos”, explica Sergio Tricio, gerente general de Ruvix. En tanto, Alejandro Urzúa, académico de la Universidad Andrés Bello, menciona que un factor que también ha colaborado es que “tenemos un tipo de cambio que se han mantenido en niveles bastante razonables”.
Esto además desencadena otra situación por la cual los chilenos también notan una diferencia en su bolsillo. Se tratas del valor de la Unidad de Fomento, la que precisamente se reajusta de acuerdo a la variación mensual del IPC.
Debido a que la inflación ha subido menos este año, la UF también ha seguido la misma senda. De hecho en lo que va de 2017, su incremento es el más bajo en cuatro años, cuando en 2013 acumuló apenas $15,61.
De hecho, entre 1 enero y el próximo 9 de julio (cuando alcance los 26.673,09 pesos), habrá subido de $297,61, casi $141 menos de lo que aumentó en el mismo lapso de 2016.
Las alzas acumuladas de la UF entre 2013 y 2017 para el periodo 1 de enero – 9 de julio han sido las siguientes:
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- 2013: $15,61
- 2014: $732,64
- 2015: $370,34
- 2016: $438,8
- 2017: $297,61
El principal impacto que tiene la inflación es la variación de la UF y en consecuencia, donde más lo percibe la gente es en el costo de la vivienda. «Por lo tanto, este año deberíamos ver incrementos más acotados en los valores de los arriendos y de los dividendos”, complementa Tricio.
Pero hay que recordar que hay otros servicios cuyos valores también se cobran en UF. “Otro aspecto en el que impacta la inflación es en los costos de salud (planes de isapre) y de algunos productos bancarios y seguros, que en su mayoría están indexados a la UF”, añade.
¿Incentivo para renegociar el crédito?
Si está pensando en ver la posibilidad de ir a su banco y conversar para que su actual crédito le pueda salir más barato y cree que una UF que sube más lento le puede servir, esto no es tan así, pero la ventaja va por otro lado.
“Lo que indirectamente ha influenciado en la inflación es en la posibilidad que ha tenido el Banco Central de bajar las tasas de interés y en ese caso se convierte en una ventaja para renegociar créditos”, aclara el experto en finanzas personales.
Urzúa explica que cuando el ente emisor baja la tasa, hay un desfase de entre 2 y 3 meses para que se traspase al consumidor. Luego de eso, el economista recomienda que si hablamos deuda de consumo conviene consolidar y meter la de “tarjetas de crédito, línea de crédito en un solo crédito”. Si se trata de un hipotecario, “conviene hacer cuando queda menos de la mitad o la mitad de crédito”, apunta.