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El gigantesco incendio declarado en la noche del martes en un edificio de viviendas sociales de 27 plantas en el oeste de Londres causó al menos doce muertos y 50 heridos además de numerosos desaparecidos.
«Puedo confirmar que hay seis muertos, pero el balance se puede agravar durante la operación de búsqueda que se presenta compleja y se extenderá por varios días», declaró en un comunicado Stuart Cundy, comandante de la Metropolitan Police. Numerosas personas están desaparecidas.
De momento se ignora el origen del incendio.
Testigos de la tragedia dijeron haber visto a gente cayendo o saltando desde la torre residencial de 120 departamentos y al menos un residente agitar un paño blanco desde una de las plantas del edificio.
«Escuché gritos por todos lados y vi gente saltar desde las ventanas. Las llamas devoraban la torre. Era un horror», contó a la AFP Khadejah Miller que vive en un edificio aledaño y que fue evacuado por precaución.
La torre estaba prácticamente calcinada el miércoles por la mañana y se teme que se desmorone. Cotton declaró que el edificio estaba estabilizado pero que se envió un equipo de ingenieros a inspeccionar sus fundaciones.
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La Grenfell Tower, fue construida en 1974 en el área norte de Kensignton, no muy lejos del distinguido Notting Hill.
Al menos 50 personas fueron hospitalizadas, indicaron las autoridades.
«Numerosas personas están desaparecidas. Algunas pudieron refugiarse en casa de vecinos o amigos», dijo el alcalde de la capital británica Sadiq Khan al canal de televisión Sky News.
El incendio se declaró hacia la medianoche. Unos 200 bomberos luchaban el miércoles por la mañana para intentar apagarlo.
«Los bomberos avanzaron hasta el piso 20» y «lograron evacuar una gran cantidad de residentes», agregó la jefa de los bomberos.
‘Un montón de gente no pudo salir’
«Estaban atrapados. No podían bajar, sobre todo desde los pisos superiores (…) la gente se quemó», dijo un testigo, Daniel, a la radio BBC de Londres.
«Lo vi con mis propios ojos. Y vi gente saltar», añadió.
Hanan Wahabi, de 39 años, dijo a la AFP que se escapó con su marido, su hijo, de 16, su hija, de 8, pero teme por su hermano y su familia que viven en el piso 21.
«La última vez que lo vi estaban en la ventana, su mujer e hijos», dijo sentada fuera del centro comunitario Rugby Portobello.
«No escuché nada de ellos desde entonces, el teléfono no pasa, la línea fija tampoco. Eso fue hacia las 02H00 (01H00 GMT), indicó.
Eddie, de 55 años, residente en la planta 16, dijo que corrió fuera de su vivienda con una toalla cubriéndole la cara por el humo.
«No se podía ver nada. Sólo corrí para bajar las escaleras. Un montón de gente no pudo salir del edificio», dijo.
Otro testigo llamado Jody Martin dijo a la BBC que logró llegar a la segunda planta en donde había un humo sofocante.
«Vi una persona caer, vi a otra mujer sosteniendo su bebe fuera de la ventana, escuché gritos, le grité que bajaran y decían que no podían salir de los departamentos porque el humo era muy espeso en los pasillos», dijo.
El comandante Dan Daly, de la London Fire Brigade, subrayó que «los bomberos equipados de aparatos respiratorios trabajan de manera muy dura en condiciones difíciles para controlar este incendio».
Varios sobrevivientes lamentaron que se les haya aconsejado permanecer confinados en sus departamentos. «Si hubiésemos seguido esos consejos estaríamos muertos», declaró Nicky Paramesivan a la BBC.
‘Inevitable’
El edificio de viviendas sociales está situado al oeste de la capital, en el barrio North Kensignton, cerca de Sheperd’s Bush y Notting Hill.
El gestionario de la vivienda llevó cabo una amplia renovación recientemente, que incluyó un nuevo sistema de calefacción y de agua caliente.
El costo de los trabajos fue de 8,7 millones de libras (9,9 millones de euros) y terminaron en mayo de 2016.
El aspecto exterior fue modernizado con un revestimiento.
Según documentos difundidos en internet un colectivo de residentes se había quejado en varias ocasiones estos últimos años del estado del edificio y de los posibles riesgos de incendio.
«Nadie quiso hacer caso a todas nuestras advertencias, una catástrofe como ésta era inevitable», publicó en su blog el Grupo de Acción de Grenfgell luego de la catástrofe.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, declaró que estos testimonios plantean «preguntas que esperan respuestas».