Será la cuarta participación de Australia en la Copa de las Confederaciones, pero la primera que lo haga representando a la Confederación Asiática (AFC) y el objetivo de los Socceroos será repetir el subcampeonato de 1997.
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En aquella edición, Australia sorprendió al mundo al plantarse en la final del primer torneo que recibió el nombre de Copa de las Confederaciones, y la contundente derrota en el partido por el título, 6-0 contra Brasil, no restó méritos a la actuación de los Socceroos.
Sus posteriores participaciones no fueron tan exitosas (en 2001 llegó a semifinales, pero en 2005 no pasó de la primera ronda) y en Rusia 2017 tendrá la ocasión de participar como campeón asiático, tras ganar el título en casa en 2015.
Una década después de cambiar de Confederación, para aumentar el nivel competitivo de una selección que era muy superior en Oceanía, Australia debe empezar a demostrar que puede enfrentarse de tú a tú contra los mejores equipos del mundo.
En Brasil 2014, los Socceroos dejaron una buena imagen, pero no lograron ni un solo punto, perdiendo 3-1 contra Chile (con la que se reencontrarán en Rusia), 3-2 contra Holanda y 3-0 ante España.
«Iremos a la Copa Confederaciones y no daremos ni un paso atrás», ha advertido el seleccionador Ange Postecoglou, en el cargo desde 2013.
«Trataremos de desplegar el mismo fútbol que hemos jugado en los últimos tres años para medirnos a los mejores. Esta es la idea de la competición», añadió el DT, de 51 años
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El delantero Tim Cahill, máximo goleador de la historia de la selección australiana con 48 gole, sigue siendo el jugador más conocido en el extranjero por sus años en el equipo, debutó en 2004, y su experiencia en la Premier League (jugó en el Everton ocho temporadas, de 2004 a 2012).
El veterano jugador, de 37 años, ha ido, no obstante, dejando paso progresivamente a otros futbolistas, aunque los Socceroos no podrán contar con su capitán Mile Jedinak, centrocampista del Aston Villa, baja de última hora por una lesión que se produjo en el último partido de la clasificación asiática contra Arabia Saudita.
Postecoglou ha ido metiendo también en el equipo a una nueva hornada de jugadores que han respondido positivamente. Son los casos +, por ejemplo, del centrocampista Massimo Luongo y del delantero James Troisi, los autores de los goles contra Corea del Sur en la final de la Copa de Asia 2015 (2-1), o del defensa Trent Sainsbury, que se perdió el Mundial de Brasil por lesión pero que lleva tres años siendo una pieza clave del esquema del seleccionador y fue nombrado el mejor jugador de la final continental de hace dos años.
Rogic y Mooy, las esperanzas
Pero las esperanzas de los aficionados australianos están puestas en dos jugadores ofensivos que podrían acabar de explotar en Rusia: Tom Rogic y Aaron Mooy.
El primero es un mediapunta del Celtic de Glasgow, de 24 años, que con su juego creativo se ha convertido en uno de los ídolos de Celtic Park, aunque con la selección aún no ha respondido a las expectativas.
«Algunas veces nos hemos dicho en el banquillo que es fantástico verle hacer lo que hace con el Celtic, pero nos debe una», ha declarado Postecoglou. «Es un jugador fantástico y tiene todo el éxito por delante, no hay duda de ello».
Mooy, de 26 años, ha sido una de las claves del ascenso del Huddesfield Town a la Premier League esta pasada temporada, formando parte del once ideal del Championship, y podría acabar firmando por uno de los grandes de Inglaterra. Centrocampista todoterreno, destaca por sus pases de gol y su fuerte disparo desde larga distancia.
Chile, Alemania y Camerún, sus rivales en el grupo B, están avisadas: los Socceroos tienen hambre de éxitos.
