El 30 de noviembre de 2015 Metro sufrió una de las principales modificaciones desde su creación en 1974. Junto con pasar a ser una sociedad anónima perteneciente en su mayoría al Estado, la empresa pública aumentó su posibilidad de desarrollo más allá del tren subterráneo, al incluir la opción de operar «buses o taxibuses, de cualquier tecnología, que presten servicios públicos de transporte de pasajeros en superficie, y servicios anexos».
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A dos años de aquello, la próxima licitación que realizará el Ministerio de Transportes para re-adjudicar el 50% de la flota del Transantiago, a través de 6 unidades de negocio, abre una primera posibilidad para que la empresa acostumbrada a operar bajo tierra, delegue responsabilidades a través de una filial y se incorpore al transporte terrestre.
«Es una idea que ha rondado a distintos ministros, de diferentes gobiernos», aseguró a Publimetro Genaro Cuadros, director del Laboratorio Ciudad y Territorio de la U. Diego Portales.
Esta inquietud, señaló el académico, ha surgido debido al «buen desempeño que manifiesta tener la empresa, la estructura y su despliegue», dado lo cual, agrega, «es razonable pensar que podría hacerse cargo de algunos servicios».
Entre los beneficios que otorgaría al sistema contar con un actor estatal, Cuadros indicó que este serviría, por ejemplo, «para que se haga cargo de los servicios cuando un operador esté en emergencia financiera o en conflicto».
Sin embargo, el también presidente de la Mesa Social por un Nuevo Transantiago, sostuvo que la buena experiencia de Metro en el tren subterráneo «no significa que lo sea para superficie». «Son cosas distintas, aunque no quiere decir que no se puedan homologar algunos modelos de negocios o gestión, se ha demostrado lo compleja que es la administración de empresas de transporte público en Santiago», explicó Cuadros.
Esta incertidumbre es coincidente con la posición del Julio Nazar, arquitecto y magister en Proyecto Urbano, quien afirma que la decisión podría «debilitar las capacidades de Metro».
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«La empresa tiene una responsabilidad muy grande con las líneas que deberá construir en los próximos 10 años. Tiene muchos desafíos y no debiera desviar la atención hacia buses», consideró.
Al tomar dicha decisión, Metro aumentaría su injerencia en el transporte público capitalino y se acercaría al modelo de otras empresas estatales, como es el caso de Operador Autónomo de Transporte de París (Ratp Dev), compañía francesa que opera diversos medios de transporte en la capital gala y en al menos 20 países. Incluso, como adelantó Publimetro, esta empresa estaría evaluando concursar por ingresar al Transantiago.
Publimetro intentó contactar a las autoridades de Metro para conocer su posición al respecto, no obstante, desde la empresa rechazaron participar de esta nota.