Los hinchas rusos tenían antecedentes y en la fase final de la Eurocopa cumplieron con todos los presagios, con verdaderas batallas campales contra los Holligans ingleses, tanto dentro como fuera de la cancha. Además, en una de las noches de la competición, sin medirse y aplicando la violencia entre ellos, desataron todo el odio que traían desde las aficiones de sus clubes, con el saldo de muchos detenidos y una decena de deportados.
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La situación generó preocupación en las autoridades que decidieron terminar con la «Asociación de Hinchas», en el país que a partir del 17 de junio será el anfitrión de la Copa Confederaciones en el que Chile será uno de sus protagonistas y que tiene preparado un plan para que la violencia no aparezca pese a los constantes conflictos que deben enfrentar con los ultras locales.
Confrontaciones que no aparecen de la noche a la mañana, tienen sustento en creencias políticas ligadas con movimientos de extrema derecha que asolan a Europa y que en el país euroasiático aloja sus principales referentes en barras de fútbol, como las del Spartak de Moscú o El CSKA, con fuertes vínculos con partidos políticos y verdaderos comandos que entrenan diariamente en luchas campales que muestran a través de videos para impactar al mundo con su crudeza, a puño descubierto.
Pero, ¿Cuál es la realidad que espera a la Marea Roja en los partidos contra Camerún, Alemania y Australia de la primera fase?
Según el líder de la hinchada chilena, Mario «El Chapulín» Moreno, esta imagen que se ha creado no es tan efectiva y junto a la decena de hinchas con los que viaja, esperan una grata bienvenida: «El viernes tenemos un partido de fútbol con la barra del CSKA porque queremos mostrar una cara distinta, la hermandad del fútbol y la buena onda. Han mostrado mucho que ‘poco más que los rusos nos van a agarrar a palos’ cuando llegamos», señala contando el itinerario que seguirán los aficionados chilenos que estuvieron en Rumania alentando a La Roja y que sueñan con levantar una nueva copa.
En Rusia quieren protegerlos y la seguridad será una prioridad. Las autoridades apelarán a que el comportamiento general no se contagie con actitudes de grupos minoritarios como los barras bravas que dejaron la grande en la Eurocopa. Desde la organización asumen esta misión con la idea de mejorar estos puntos negros, con iniciativas como la inscripción de 5800 voluntarios para ayudar a que todo salga con éxito.
A mejorar la «mala fama»
Es que no todos los hinchas son malos en Rusia, un chileno que está en el grupo de avanzada en el frío ruso lo afirma así. Diego Reppenning, que aprovechando sus estudios de historia en todo el país, se empapó de como actúan los hinchas locales en los partidos de fútbol: «Los aficionados rusos, por lo que vi en el partido entre Tom Tomsk y Krasnodar, es un hincha bastante ordenado. El ambiente en el estadio era tranquilo y, tal como pasa en los estadios en Chile, se escuchaban seguidos comentarios que generaban risa. La barra era pequeña, pero se mantuvieron cantando durante el partido. Con respecto a la preocupación por el racismo, a mí por lo menos, no me tocó verlo, pese a que jugaba un ecuatoriano, Cristián Ramírez, y un uruguayo», señala abordando la posible discriminación que podrían afectar a los países que llegan.
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El testimonio deja en claro que alejado de los clásicos mediáticos el deporte se vive con tranquilidad y pasión, aunque con el orden característico de los ciudadanos de esa zona: «Como recomendación a los hinchas que vayan al estadio diría que tengan sus cosas en orden. En general los rusos son estrictos con el respeto a las reglas y procedimientos, así que sugeriría ir con todos los papeles y andar con el pasaporte, porque no me extrañaría que los pidieran en los estadios. Pero los rusos, a pesar de parecer serios a primera vista, son bastante amigables y ofrecen ayuda si la necesitas. Además, en general conocen o han escuchado harto acerca de Chile y suelen ser muy hospitalarios con las visitas. Como en todos lados, hay que tener precaución y procurar no meterse en problemas, pero creo que el hincha chileno no debería tener problemas en Rusia», analiza del escenario que espera a los cerca de 7 mil chilenos que se harán presente en los estadios.
Mientras la Marea Roja se acerca desde distintos puntos de Europa a Moscú para el debut contra Camerún del 18 de junio en el Otkrytie Arena, el gobierno de Vladimir Putin firmó un decreto que introduce restricciones a las manifestaciones durante la Copa Confederaciones (2017) y el Mundial del próximo año garantizando de antemano la extrema seguridad: “Haremos todo lo posible para que las instalaciones, las condiciones de estancia en Rusia, así como todo lo relacionado con servicios para gran número de aficionados, espectadores, deportistas, sea realizado al más alto nivel”, señaló el mandatario.
El decreto presidencial además establecerá zonas restringidas de vuelo y navegación con el fin de prevenir atentados terroristas, como el que ocurrió el metro de San Petersburgo a principios de abril, así como también se restringirá la entrada de inmigrantes, la venta de alcohol y la celebración de actos públicos en Moscú, San Petersburgo, Kazán y Sochi del 17 de junio al 2 de julio.