Colombia buscaba este domingo a los responsables del atentado de la víspera en un centro comercial de Bogotá que dejó tres muertos y nueve heridos, incluida una ciudadana francesa, a dos días del fin del desarme de las FARC, principal guerrilla del país.
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«Este domingo realizaremos Consejo de Seguridad para evaluar pasos adicionales que permitan garantizar la tranquilidad de Bogotá», dijo el presidente Juan Manuel Santos desde el centro comercial Andino, ubicado en la Zona Rosa de la capital, muy frecuentada por extranjeros.
Las primeras indagaciones indicaron que un «artefacto» explotó hacia las 22H00 GMT detrás de un inodoro en el baño de mujeres de la segunda planta del centro comercial.
Santos afirmó que aún «no hay indicios claros sobre quién puede haber sido el responsable».
Una francesa de 23 años y dos colombianas (de 31 y 41 años) fallecieron debido a las lesiones sufridas. En tanto, entre los nueve heridos se reportó a otra ciudadana francesa y a una mujer en «estado crítico de máxima gravedad».
«Una compatriota perdió la vida en una explosión. Tristeza y condolencias a sus familiares», escribió en Twitter el presidente de Francia, Emmanuel Macron, sobre la joven que habría llegado a Bogotá hace seis meses para hacer un voluntariado de servicio social en un colegio de un sector popular.
«Tengan la seguridad los colombianos que a los responsables los vamos a capturar», prometió el mandatario.
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A dos días del desarme
El atentado ocurrió cuando las FARC (marxistas) se preparan para la tercera y última fase de la dejación de armas el 20 de junio, como parte de un histórico acuerdo de paz suscrito en noviembre con el gobierno, que busca terminar medio siglo de una conflagración interna que ha dejado al menos 260.000 muertos y 60.000 desaparecidos.
En las últimas dos semanas, la guerrilla dejó el 60% de su arsenal en manos de la misión de Naciones Unidas en Colombia, a cargo de este proceso. Se trata de un paso clave para que unos 7.000 combatientes inicien su transición a movimiento político y a la vida civil.
¿Pero el atentado apunta a dañar el proceso de paz en Colombia?
«Los que quieren aguar la fiesta de la paz no van a tener éxito, y si esto es una manifestación en ese sentido tengan la absoluta seguridad que a esos enemigos de la paz los vamos a perseguir sin tregua ni cuartel», advirtió Santos.
Monseñor Luis Augusto Castro, presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, aseguró que este acto podría ser «coletazos de los enemigos de la paz que de alguna manera quieren que el ambiente siga siendo de guerra».
El jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño (conocido como Timochenko), expresó a su vez en Twitter que el ataque «sólo puede venir de quienes quieren cerrar los caminos de la paz y reconciliación».
En tanto, el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevaristas), única guerrilla activa del país y en diálogos de paz desde febrero, condenó el atentado y aseguró que «hay quienes pretenden así (con el ataque) hacer trizas los procesos de paz».
El gobierno de Santos y el ELN, con unos 1.500 combatientes según cálculos oficiales, instalaron diálogos de paz en febrero para superar medio siglo de conflicto armado. Las conversaciones se desarrollan en medio de la conflagración.
Para el analista Jorge Restrepo, director del centro de análisis del conflicto Cerac, el episodio violento es reflejo de la polaridad que existe en el país respecto a la paz con ambas guerrillas.
«Aún si no se conoce cuál es el autor, es muy probable que lo que busque este tipo de atentado terrorista es afectar las preferencias de los ciudadanos en términos de esos procesos de paz», señaló Restrepo a la AFP.
Volver a la normalidad
Horas después de la explosión, bares, restaurantes y discotecas de los alrededores del centro comercial estaban abiertos y algunos transeúntes se animaban a entrar, aunque la movida nocturna estaba notoriamente disminuida con respecto a lo que es habitual.
«Para mí, es lamentable la pérdida de vidas. Esto está solo, normalmente un sábado aquí hay mucha gente», opinó Guillermo Rodríguez, un vigilante de una discoteca cercana al centro comercial y cuyos jefes decidieron abrir a pesar de lo ocurrido.
Aún con el pánico fresco en la población, el presidente pidió a los colombianos celebrar con normalidad el Día del Padre este domingo y anunció que mantendrá su viaje previsto del 20 al 23 de junio a Portugal y Francia, donde prevé reunirse con Macron.
«El terrorismo lo que que quiere es cambiar la agenda al país, empezando por el presidente, la respuesta por este tipo de ataque es la normalidad», afirmó Santos.
«La mejor respuesta a este terrorismo cobarde es no dejarse amilanar, a los colombianos les digo celebren normalmente el Día del Padre», agregó.
Este es el segundo atentado de gravedad este año en la capital colombiana. El 19 de febrero, una explosión cerca de la Plaza de Toros dejó un policía muerto y otros 23 uniformados y dos civiles heridos, en un hecho que se atribuyó el ELN.