El origen de la vida en la Tierra podría encontrarse en «centrales eléctricas naturales» situadas a 1.000 metros de profundidad en el lecho marino, según el hallazgo de un grupo de científicos japoneses confirmado a Efe.
PUBLICIDAD
Un equipo de la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología Marina y Terrestre (JAMSTEC por sus siglas en inglés) y el instituto japonés de investigación Riken descubrieron corrientes eléctricas de varios cientos de minivoltios generadas de forma natural cerca de fuentes hidrotermales, a 150 kilómetros de la isla de Okinawa, al sur del archipiélago nipón.
«Cerca de las fuentes hidrotermales submarinas es el lugar donde es más plausible que surgiera la vida (…). Esta electricidad (descubierta) es el origen de varias reacciones orgánicas de sintetización de moléculas biológicas, como aminoácidos, azúcares y lípidos», explicó hoy a Efe Masahiro Yamamoto, investigador de la JAMSTEC.
El estudio demostró que, cuando el agua caliente procedente de las fuentes hidrotermales submarinas -grietas o fumarolas en el fondo marino- se enfría, se produce un movimiento de electrones, lo que se traduce en la formación de electricidad.
La teoría que afirma que la vida en la Tierra tiene su origen en el mar profundo, cerca de fuentes hidrotermales, ya existía, pero esta investigación afirma que la electricidad generada en torno a ellas jugó un papel fundamental.
El fluido hidrotermal (agua caliente) procedente de estas fuentes submarinas contiene numerosos gases, como el ácido sulfhídrico, e iones metálicos, como el hierro y el cobre.
Siguiendo el mismo mecanismo que utilizan las pilas de combustible -empleadas por ejemplo en coches eléctricos-, el agua caliente, rica en hidrógeno, puede transferir electrones fácilmente, y el agua marina, rica en oxígeno, puede recibirlos, con lo que se genera una corriente eléctrica.
PUBLICIDAD
Este descubrimiento, que «aporta una nueva perspectiva al proceso de formación de depósitos minerales y ecosistemas», abriría nuevas puertas en otros ámbitos.
Por ejemplo, explica Yamamoto, teniendo en cuenta la posibilidad de que la vida en la Tierra se generara gracias a las corrientes eléctricas del fondo marino, «se podrían cambiar dramáticamente los métodos de exploración de vida extraterrestre».