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La trágica historia de los 71 migrantes que murieron asfixiados en un camión frigorífico en Hungría

Veintidós meses después, este miércoles comenzó el macrojuicio a los traficantes considerados responsables de esta tragedia.

(VLADIMIR SIMICEK/AFP)

59 hombres, ocho mujeres y cuatro niños, entre ellos un bebé, originarios de Siria, Irak y Afganistán, murieron asfixiados en el compartimento herméticamente cerrado del vehículo, sin ser socorridos por los traficantes de personas hace dos años.

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El 27 de agosto de 2015, la policía austriaca halló un camión frigorífico abandonado en una carretera de Parndorf, cerca de la frontera con Hungría, con su macraba carga a bordo.

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Hacinados en 14 metros cuadrados, con menos de 30 metros cúbicos de aire para respirar, los 71 migrantes, embarcados la víspera cerca de la frontera serbia, habían muerto cuando el vehículo se encontraba aún en territorio húngaro, según los forenses.

Escuchas telefónicas establecieron que los traficantes sabían, por sus gritos, que se estaban asfixiando.

«Que los dejen morir. Es una orden», había dicho el cabecilla afgano, identificado como Samsoor L., prohibiendo que se entreabriera el compartimento para dejar entrar aire.

«Si mueren, que los descarguen en un bosque en Alemania», había ordenado a su adjunto, según un sumario publicado por medios alemanes.

La muerte de estas personas causó conmoción internacional al ser encontrado el camión aparcado en una autopista en el extremo este de Austria, a pocos kilómetros de la frontera de Hungría, desde donde había salido un día antes.

El drama provocó una fuerte conmoción en Europa, que pocos días más tarde comenzó la gran ola de refugiados que trajo en los siguientes meses a más de un millón de inmigrantes a Europa, sobre todo a Alemania, Suecia y Austria.

El juicio

Hungria (ATTILA KISBENEDEK/AFP)

Rodeados por agentes de las fuerzas especiales húngaras, diez de los once acusados de origen búlgaro, libanés y afgano, todos en prisión preventiva desde hace meses, se sentaron en el banquillo de un tribunal de Kecskemét, la ciudad del sur de Hungría donde había sido arrendado el camión.

Todos están acusados de tortura y algunos de homicidio.

El juicio se apoya en un sumario de 59.000 páginas y debe durar varios meses. El tribunal espera dictar su veredicto «este año».

La fiscalía ya anunció que pedirá para cuatro de los acusados cadena perpetua sin posibilidad de reducción de pena por «homicidio con agravantes de especial crueldad».

Para los otros siete miembros de la red solicitará hasta 20 años de cárcel. Uno de los acusados, de nacionalidad búlgara, es juzgado en rebeldía.

 

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