Los gobiernos deben implementar políticas agrarias menos centradas en apoyo directo a los precios y más enfocadas a la promoción de un crecimiento productivo sostenible y a la resistencia al cambio climático, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).
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En un informe publicado este miércoles en Bruselas, que analiza las políticas agrarias de 52 países (35 miembros de la organización, seis Estados de la UE no miembros y once naciones emergentes), la entidad estima que un 60% del apoyo a los agricultores se proporciona mediante el mantenimiento de los precios domésticos por encima de los de los mercados internacionales.
«El apoyo a los precios perjudica a los consumidores, en particular a los más pobres, y reduce la competitividad de la industria», afirmó el director de la Ocde para el Comercio y la Agricultura, Ken Ash, para quien los gobiernos deben «centrarse en políticas agrarias e inversiones que concuerden con los objetivos económicos globales».
La organización reclama una reducción de ayudas a la producción y a los materiales de uso agropecuario dirigidos a la sanidad y alimentación de cultivos y animales, «generalmente un uso deficiente de los fondos públicos, que fracasan para obtener los objetivos deseados», y reemplazarlas por las destinadas a la «resiliencia, competitividad y sostenibilidad para hacer frente al cambio climático».
En el caso concreto de la política agraria en la Unión Europea, el analista de Agricultura y Comercio para la Ocde, Martin von Lampe. matizó diciendo que la UE «ha hecho mucho» para sustituir el régimen de apoyo a los precios, aunque «el problema persiste», dado que sigue existiendo «en ciertos productos.
El informe también analiza el impacto del «greening», la introducción de ayudas destinadas a agricultores que cumplan con determinadas condiciones medioambientales en la Política Agrícola Común (PAC), y subraya que este puede tener un efecto «positivo, pero limitado» en la sostenibilidad agraria.
En este sentido, la Ocde insta a la UE a «revisar» las medidas destinadas a mejorar la actuación medioambiental de los agricultores «con una evaluación de las condiciones medioambientales locales».
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Von Lampe subrayó que los agricultores están hoy «mucho más expuestos a la variabilidad del mercado», por lo que los gobiernos deben reorientar las ayudas destinadas a gestión de riesgos «asegurando que los negocios agrarios son sostenibles».
El economista Frank van Tongeren detalló durante la rueda de prensa que los 52 países de este informe representan dos tercios del valor añadido de la agricultura global.
En el periodo 2014-2016, los gobiernos de estas naciones aportaron unos 442.000 millones anuales a los agricultores, aunque la ayuda representa un 16% de sus rentas globales, frente a un 21% hace veinte años.
Los niveles del apoyo público a las rentas agrarias, sin embargo, son desiguales en los países de la entidad multilateral respecto a los emergentes.
Así, en 1995 las ayudas a los agricultores suponían un 32% de sus rentas en los países miembros de la organización, mientras solo alcanzaban un 4% en los otros estados (Brasil, China, Colombia, Costa Rica, Indonesia, Kazajistán, Filipinas, Rusia, Sudáfrica, Ucrania y Vietnam).
No obstante, el informe revela que la evolución es convergente: en el periodo 2014-2016, esta diferencia se equilibró, representando las ayudas un 14% de la renta de los agricultores en países emergentes y 18% en los miembros de la Ocde.
Destaca la evolución negativa de las ayudas en Chile (10% en 1995 frente a 4% en 2015) o Colombia (18% frente a 8%), al tiempo que aumentaron en Brasil (de -12% a 3%), México (de 8% a 10%) o Costa Rica (2% a 10%).
El apoyo de los gobiernos a otros servicios agrarios -sistemas de información, infraestructura o mecanismos de bioseguridad- supuso 77.000 millones de euros en estos países entre 2014 y 2016.
Por productos, la Ocde destaca que el arroz, el algodón y el azúcar fueron los productos más subvencionados en el mismo periodo.
Frente a la caída global de las ayudas a la leche (de un 38% a un 14% entre 2000/2002 y 2014/2016) y a la carne ovina (del 25% al 12%), subieron los apoyos al trigo (del 4% al 18%), la colza (del 4% al 19%), el algodón (del 20% al 31%) y la carne de cerdo (del 5% al 10%).