En un un Reino Unido crispado por la sucesión de desgracias, la primera ministra británica Theresa May sometió el miércoles al Parlamento su programa de gobierno, centrado en las leyes para desconectar de la Unión Europea.
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La reina Isabel II fue la encargada de leer su discurso periódico ante las dos Cámaras, un texto preparado por el gobierno en el que se esbozan los principales objetivos del curso, y que tiene que ser luego aprobado por un Parlamento en el que los conservadores disponen de 317 de los 650 diputados, menos de la mitad.
«La prioridad de mi gobierno es conseguir el mejor acuerdo posible para cuando el país abandone la Unión Europea», dijo la reina, que estuvo acompañada de su hijo Carlos, y no de su marido, el príncipe Felipe, hospitalizado por una infección.
El gobierno de May «tratará de conseguir el mayor consenso posible sobre el futuro del país fuera de la UE», añadió la monarca.
Además de las leyes de desconexión de la UE esbozadas por May, el discurso omitió cualquier mención a la visita de Estado del presidente estadounidense Donald Trump, prevista inicialmente a finales de año, lo que hace pensar que será pospuesta.
Renuncia al programa electoral
Asimismo, el discurso dejó de lado algunos de los puntos más contenciosos del programa electoral con el que May concurrió a las elecciones del 8 de junio, como el proyecto para que los ancianos o sus familias contribuyan a pagar sus cuidados con todo su patrimonio hasta que les queden 100.000 libras o la reinstauración de la caza del zorro.
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El diario The Times comparó al nuevo gobierno con un «zombie» que ni siquiera tiene fuerzas para «arbitrar en las diferencias entre sus ministros». «Downing Street es un vacío», sentenció el diario conservador.
Las leyes de desconexión de la UE, cuyo texto será presentado posteriormente, incluirán una que abolirá la de 1972 que incorporó la legislación europea en el derecho británico, además de otras sobre aduanas, inmigración, pesca, comercio y agricultura.
Cuatro atentados en tres meses, con 35 muertos, y el incendio apocalíptico de un bloque de viviendas sociales que se cobró al menos 79 vidas, han indignado a amplios sectores, y la inauguración del nuevo Parlamento tiene lugar con varias manifestaciones previstas en las calles bajo el lema «Un día de rabia».
Se espera que el 29 de junio, tras varios días de debates, las dos cámaras del Parlamento -la de los Comunes y la de los Lores- voten sobre el discurso de la reina, dando una idea precisa de las fuerzas de May, coincidiendo con el inicio de las negociaciones del Brexit.
Moción de censura
No hay nada escrito sobre el procedimiento a seguir si la oposición logra introducir una enmienda al discurso de la reina, pero en las actuales circunstancias se interpretaría como una moción de censura que podría desembocar en nuevas elecciones.
La primera ministra adelantó las elecciones de 2020 al pasado 8 de junio, argumentando que necesitaba fortalecer su mayoría absoluta ante Bruselas, pero la acabó perdiendo.
Si la legislatura que se avecina -la que supervisará la salida de la UE y tendrá que cambiar miles de leyes- hubiera sido ya un gran desafío para un gobierno fuerte, parece casi imposible de gestionar para uno débil.