Un panel de peritos nacionales e internacionales elaborará en octubre un informe pericial integrado que tratará de concluir cuál fue el motivo de la muerte del poeta chileno Pablo Neruda, informó hoy la familia en una rueda de prensa.
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El Premio Nobel de Literatura en 1971 murió en una clínica de Santiago el 23 de septiembre de 1973, pocos días después del golpe de Estado para derrocar al gobierno de Salvador Allende.
Pero desde 2011 está abierta una investigación judicial para determinar si murió a causa de un cáncer de próstata que padecía o fue envenenado por agentes de la dictadura de Augusto Pinochet.
Por ello, una docena de expertos extranjeros de Dinamarca, Estados Unidos, España y Canadá, además de varios peritos chilenos se reunirán en un panel en Santiago para discutir los resultados que hayan obtenido en sus investigaciones y elaborarán sus conclusiones, que entregarán al juez encargado de la causa, Mario Carroza.
La perito de la familia, Gloria Ramírez indicó hoy en un encuentro con prensa extranjera que están llegando «a una etapa de cierre desde el punto de vista genético, de la genética forense».
«Si ello, sumado al resto de la evidencia, al ministro (juez) le parece que compone una evidencia sustentable para cerrar el caso, así va a ser», añadió.
Por su parte, Elisabeth Flores, abogada de la familia, consideró que si existieron acciones de terceros «evidentemente no fue porque Neruda fuera poeta, sino porque tenía una pertenencia activa en el comité central del Partido Comunista en 1973″.
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«A mí no me cabe duda de que hubo intervención de terceros, porque el proceso así me lo demuestra, señaló el sobrino de Neruda y abogado de la familia, Rodolfo Reyes.
La familia, que se incorporó a la investigación en 2012, se refirió en el encuentro con la prensa a las circunstancias que rodearon la muerte del Nobel de Literatura, ocurrida en la clínica Santa María de la capital chilena.
La investigación continúa ahora después de que durante años la familia aceptara la versión de que Neruda había fallecido de cáncer. Pero en 2011, el Partido Comunista presentó una denuncia para que se investigara su muerte, basada en declaraciones de Manuel Araya, antiguo chófer del poeta, quien sostuvo que había sido envenenado.
El crimen, según Araya, fue cometido por agentes de Pinochet mediante una inyección letal, en momentos en que Neruda había aceptado viajar a México, donde encabezaría la oposición al régimen militar.
Por orden del juez a cargo, Mario Carroza, el cuerpo de Neruda fue exhumado el 8 de abril de 2013 y en noviembre de ese año un grupo de expertos chilenos y extranjeros que hicieron peritajes a sus restos descartaron una muerte por envenenamiento.
Sin embargo, Carroza mantuvo abierta la investigación por considerar que los resultados no eran concluyentes y ordenó nuevos exámenes.
En octubre de 2015, los familiares afirmaron que a Neruda le inocularon en la clínica la bacteria «estafilococo dorado», altamente agresiva y resistente a la penicilina, que solo se produce en laboratorios.
La denuncia se basaba en los resultados de unas pericias realizadas en España, según un informe enviado al juez por el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior que fue publicado por el diario español El País, en el que se consideraba «altamente probable» que Neruda hubiera sido asesinado.