El empresario y cantante Emin Agalárov, el hombre que presuntamente gestionó la reunión entre el primogénito de Donald Trump y la abogada rusa Natalia Veselnítskaya, no esconde su estrecha relación con el presidente de Estados Unidos, la amistad con sus hijos y los negocios que les unen.
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«Me he visto muchas veces con sus hijos, Donald Jr. y Eric, y nos escribimos constantemente. Tenemos muchos proyectos en común, que quizás ya no podrán realizarse porque ahora que es presidente hay un conflicto de intereses», dijo Agalárov en una entrevista a la televisión rusa poco después de la victoria electoral de Trump.
«Me reuní con Ivanka (Trump) en mi despacho hace un par de años para discutir sobre el proyecto de la Torre Trump» que iba a construirse en Moscú, agregó Emin, de 37 años, en otro momento de su entrevista a «Vesti», el principal noticiero de la televisión estatal rusa.
La reunión celebrada hace un año entre el hijo de Trump y Veselnítskaya -otro rocambolesco episodio de los presuntos vínculos del inquilino de la Casa Blanca con el Kremlin, revelado esta semana- fue organizada, según él mismo ha reconocido, por el productor musical Rob Goldstone, también socio de Emin Agalárov.
Goldstone también participó en la organización del concurso Miss Universo (entonces propiedad de Trump) celebrado en 2013 en la sala de conciertos Crocus City Hall de Moscú, un gigantesco recinto propiedad del multimillonario empresario Aras Agalárov, padre de Emin.
El famoso certamen fue celebrado en Moscú con dinero de los Agalárov, que según la revista Forbes son los principales socios en Rusia del presidente de EEUU.
Fueron precisamente ellos quienes convencieron a Trump para llevar el concurso de belleza a Moscú.
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Según medios rusos, el proyecto para levantar una Torre Trump a Moscú nació después de Miss Universo, cuando el ahora jefe de la Casa Blanca viajó a la capital rusa especialmente para el concurso de belleza, una de sus criaturas más queridas.
«Ahora que miro atrás, entiendo que cuando nos conocimos ya se comportaba como un presidente, con un gran séquito, al que conoce todo el mundo, al que todos quieren saludar y que siempre lleva una corbata roja», afirmaba Agalárov hijo en su entrevista con la televisión rusa.
«Me impone mucho porque es alguien que se propone objetivos que parecen inalcanzables y que logra llevar a cabo», agregó.
En las palabras de Emin Agalárov todo son halagos al presidente de EEUU: «Es una persona por un lado con mucha experiencia, que entiende de negocios y de política, que tiene su propia opinión sobre todo. Y por otro lado es alguien amigable, con una familia muy unida que le apoya pese a todas las críticas de la prensa».
De la cercanía entre los Agalárov y Trump da testimonio un videoclip de Emin, donde canta rodeado de las candidatas a Miss Universo y en el que hace un cameo el actual presidente de EEUU.
El cantante pop, ganador de varios premios en Rusia, se duerme en una reunión de negocios y sueña con las reinas de la belleza, y al despertar se encuentra a su jefe enojado, que no es otro que Donald Trump.
«Emin, despierta. ¿Qué pasa contigo? Siempre llegas tarde, solo eres otra cara bonita. Estoy harto de ti y estás despedido», dice en el video Trump empleando la famosa coletilla que empleaba en el concurso «El aprendiz» de la NBC.
Y en una entrevista publicada por la revista Forbes el pasado marzo, Emin reconoció que siguió manteniendo contactos con la familia Trump después de las elecciones y llegó a decir que «Donald Trump no olvida a sus amigos».
Unos amigos con buenas relaciones en el Kremlin, como demuestran los numerosos grandes contratos estatales otorgados al conglomerado empresarial Crocus Group, controlado por padre e hijo.
De origen azerbaiyano, el joven Emin estuvo casado hasta 2015 con Leila Alíeva, hija del presidente de Azerbaiyán, Ilhan Alíev, con quien tiene dos hijos.
La empresa de los Agalárov está construyendo en estos momentos dos de los estadios de la Copa del Mundo de 2018, en Kaliningrado y Rostov del Don