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El insólito caso del ladrón transandino que devolverá la plata robada en cuotas a sus víctimas

En un juicio abreviado, acordó pagar 70 mil pesos argentinos (cerca de 2.700.000 de pesos chilenos). También entregó 3 celulares para el Ministerio de Educación.

Un matrimonio estaba con su hija cuando los sorprendieron cuatro hombres armados que terminaron huyendo con dinero y la camioneta Toyota Hilux de la familia. Uno de los integrantes de la banda cayó preso un año más tarde y ahora se convirtió en noticia por un inusual acuerdo que firmó en un juicio abreviado: admitió su culpa y ofreció indemnizar a las víctimas, pagándole cerca de dos millones setecientos mil pesos chilenos aproximadamente -en cuotas- por el daño ocasionado.

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Como parte de un curioso acuerdo con la Justicia de Rosario se comprometió a terminar en prisión el colegio secundario y aceptó entregar tres celulares que le incautaron para que sean utilizados por el Ministerio de Educación de Santa Fe.

De esta manera, el hombre de 31 años, identificado como Leonardo Ponce, logró una condena a cinco años y medio de prisión efectiva, al unificarse en ese proceso cuatro causas penales que pesaban sobre él.

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Las cuotas se dividen en un monto inicial de 20 mil pesos argentinos (unos 780.000 pesos) que ya están depositados como parte del proceso judicial y otras cinco cuotas mensuales de unos 390 mil pesos chilenos.

La fiscalía le había reclamado un monto mayor, pero el abogado defensor planteó que no podría cumplir con esa cifra. Finalmente las partes acordaron que el dinero lo obtendrá de la venta de un auto que pertenece a su pareja, un Honda Civic modelo 2001.

Aunque ofreció entregar directamente el auto a la familia asaltada, incluso estimando que el valor era mayor a los 70 mil pesos argentinos convenidos, la fiscal Georgina Pairola desestimó esa alternativa. Impuso que el pago se concretara con dinero en efectivo. Como la venta del auto podía demorarse convinieron hacerlo en cuotas.

 

La particular resolución tuvo su origen en un robo cometido el 7 de septiembre de 2014 en una casa de Acebal, un pequeño pueblo de algo más de 5 mil habitantes ubicado 38 kilómetros al sur de Rosario.

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