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La actividad económica en Brasil cedió 0,51% en mayo pasado con respecto al mes anterior y acumula una caída interanual de 2,22%, lo que refleja los efectos de la severa crisis económica que atraviesa el país, informó hoy el Banco Central.
El Índice de Actividad Económica del ente emisor, considerado como una previa del Producto Interior Bruto (PIB), registró igualmente un descenso de 0,10 % en los cinco primeros meses de 2017.
En la comparación con el mismo mes del año pasado, la actividad económica creció ligeramente 0,04%.
El Indicador es calculado con base en los datos del crecimiento industrial, el de la agropecuaria y el de servicios, los tres principales sectores de la economía brasileña, pero no reúne todas las variables necesarias para determinar el PIB.
Según el Banco Central, la actividad económica se contrajo 2,22% entre mayo del 2016 y el mismo mes del ejercicio en curso.
Los datos confirman la fragilidad de la economía brasileña, que se desplomó entre 2015 y 2016 más del 7% en una de las peores recesiones de las últimas décadas.
En 2016, la economía brasileña cayó 3,6%, dato que se sumó al descenso de 3,8% registrado en 2015, con lo que encadenó dos años consecutivos en recesión, algo que no ocurría desde la década de 1930
Aunque la economía de Brasil avanzó 1% en el primer trimestre de este año, el desempleo se disparó por la crisis y afecta actualmente al 13,3% de la población activa, lo que representa cerca de 14 millones de personas en paro.
De acuerdo con analistas consultados por la entidad, Brasil crecerá en 2017 un leve 0,34%, una proyección inferior a la del Gobierno que prevé una expansión de 0,50%, aunque ya anunció que en las próximas semanas revisará a la baja dicho porcentaje.
La esperada recuperación está entredicho como consecuencia de la actual crisis política que amenaza con desalojar del poder al presidente de Brasil, Michel Temer, a quien la Fiscalía denunció en junio pasado por un supuesto delito de corrupción pasiva.
