El número de establecimientos hoteleros en Brasil creció un 15% en los últimos cinco años, impulsado por el mundial de fútbol que el país organizó en 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, según un estudio divulgado este miércoles por el Gobierno.
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De acuerdo con un inventario publicado este miércoles por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (Ibge), en 2016 Brasil contaba con 31.299 establecimientos hoteleros, 1,011 millones de habitaciones y 2,4 millones de camas para turistas.
En comparación con 2011, el número de hoteles creció en un 15 %, el de habitaciones en un 17,2 % y la oferta de camas en un 15,4 %.
De acuerdo con los responsables por el estudio, ese aumento de la oferta hotelera fue provocado por los diferentes eventos masivos que Brasil organizó en los últimos años, como el Mundial de fútbol, los Juegos Olímpicos, la Copa de las Confederaciones y el Encuentro Mundial de la Juventud con el Papa Francisco.
Los eventos permitieron que el sector creciera pese a la grave recesión que Brasil enfrentó en los dos últimos años, cuando su economía se hundió en un 3,8% en 2015 y en un 3,6% en 2016.
«Tuvimos un aumento del número de establecimientos y en la oferta de camas en las capitales (regionales) como un todo, independiente de que fueran sedes del Mundial o de los Olímpicos. Eso obedeció a una política de incentivo a la oferta hotelera para aprovechar los eventos», explicó el economista Luiz Andrés, responsable del estudio del Ibge.
Entre las principales ciudades, en las que más creció la oferta de camas de hotel fueron Brasilia (44,7%), Belo Horizonte (27,3%), Recife (24,2%) y Río de Janeiro (23%), todas sedes del Mundial de fútbol de 2014.
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Los eventos masivos contribuyeron para que Río de Janeiro tuviera un crecimiento superior al del promedio, dijo Andrés, quien recordó que uno de los compromisos que la ciudad más emblemática de Brasil asumió cuando fue escogida en 2009 como sede de los Juegos Olímpicos fue doblar, hasta 40.000 habitaciones, la oferta de habitaciones que tenía entonces.
Pero la expansión del número de camas fue mayor en ciudades menores que contaban con una pobre estructura hotelera como Palmas (53%), Belén (58%), Campo Grande (45,3%) y Río Branco (34,7%), lo que fue atribuido al desarrollo de sus respectivas regiones, que pasaron a disputar los turistas con las grandes urbes.
Según el Ibge, de los 31.299 establecimientos turísticos que tenía el país el año pasado, un 47,9% eran hoteles, un 31,9% posadas, un 14,2% moteles, un 2,0 % pensiones o posadas familiares, y un 1,4% albergues.
La mayor parte de la red hotelera se concentraba en la populosa y desarrollada región sudeste (41,8%), en la que están las tres mayores ciudades de Brasil (Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte).
El nordeste, que ha ganado protagonismo turístico en los últimos años por su oferta de playas paradisíacas y clima tropical todo el año, tenía el 23,6 % de los establecimientos hoteleros.
El crecimiento de la red hotelera permitió que el número de turistas extranjeros recibidos por Brasil saltara desde 5,4 millones en 2011 hasta 6,6 millones en 2016.
El número de turistas procedentes de otros países de Sudamérica creció un 32,2 % en el período, al punto que en 2016 representaban el 56,7 % del total de visitantes foráneos, seguidos por los europeos (24,4 %) y los norteamericanos (11,2 %).