- Raúl Sohr , analista internacional
Venezuela corre contra el reloj. Gobierno y oposición están en una pugna que apunta a un choque frontal. El Presidente Nicolás Maduro plantea un referendo para cambiar las reglas del juego institucional. Ignorando a la electa Asamblea Nacional aspira a crear un nuevo ente, una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que tendrá amplios poderes para alterar el conjunto del ordenamiento político y administrativo actual.
PUBLICIDAD
«La oposición venezolana, por su parte, ha lanzado una ofensiva total».
Para ello convocó a un referendo, realizado el domingo, en el cual afirma que votaron unos siete y medio millones de electores.
El Gobierno replica que sólo fue un tercio de esa cantidad. Difícil saber cuántos fueron, pues los organizadores quemaron las nóminas de votantes para que no cayeran en manos del Gobierno. Temían que, como pasó tras la demanda de un referendo revocatorio, los firmantes ingresaran a listas negras del oficialismo.
La oposición levanta la consigna de la “hora cero”, como sinónimo de su esfuerzo supremo por forzar al Gobierno a desechar el referendo, previsto para el 30 de julio, que dará paso a la ANC. Como la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), que agrupa al grueso de la oposición, ha dicho que no participará en los comicios, el oficialismo tendrá un total dominio del nuevo ente.
Está por verse qué impacto tendrán las amenazas del Presidente Donald Trump, que impugnó a Maduro declarando: “Sus actos firmes y valientes (aludiendo al reciente referendo opositor) siguen ignorados por un mal líder que sueña con convertirse en dictador”. Advirtió que “Estados Unidos no se quedará quieto mientras Venezuela se desmorona. Si el régimen de Maduro impone su Asamblea Constituyente el 30 de julio, tomaremos medidas económicas fuertes y rápidas”.
Trazada pues la línea roja. Entre las medidas consideradas estarían sanciones a chavistas, a los que se les prohibiría el ingreso a Estados Unidos, además de congelarles bienes en dicho país. Se especula que podría haber recortes en las compras de petróleo.
Como era previsible, Diosdado Cabello, uno de los hombres fuertes del régimen, cambió el eje de ataque: “El jefe del imperialismo ya salió a atacar a Venezuela, lo bueno es que ahora quedó claro ante el mundo que quien dirige la oposición venezolana es él”.
A estas alturas es patente que tres meses de movilizaciones y protestas opositoras, que dejan 96 muertos y miles de heridos y detenidos, no han logrado su meta.
Está por verse si un paro cívico nacional más el respaldo de Estados Unidos, de la Unión Europea y varios países latinoamericanos permiten la apertura negociaciones. Ambas partes dicen estar llanas al dialogo, pero los dos bandos ponen condiciones que el otro rechaza.
La MUD exige la renuncia al referendo para sentarse a la mesa. Los oficialistas afirman que seguirán adelante con sus planes.
En esas condiciones muchos hablan de “choque de trenes”. Pero, a diferencia de ferrocarriles descontrolados, las fuerzas en pugna tienen clara las consecuencias si fallan en sus propósitos.
Quedan pocos días para llegar a un acuerdo.
Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro