Sean Spicer, secretario de prensa de la Casa Blanca, renunció a su cargo la mañana de este viernes. Según el medio inglés The New York Times, Spicer le informó al presidente de EEUU, Donald Trump, que su decisión obedece a la designación del financista Anthony Scaramucci como el nuevo director de comunicaciones.
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Pero esta no es la única baja que tuvo Trump durante esta jornada. Mark Corallo, que coordinó la comunicación externa del equipo legal del mandatario frente a la crisis, informó a la AFP en un correo que había renunciado al cargo.
No hubo explicación de los motivos que llevaron a su renuncia, que ocurre luego de que Trump se adentrara en territorio legal complejo durante una larga entrevista con el New York Times, al advertir al fiscal especial Robert Mueller que no indagara sobre las finanzas de su familia.
Designado a mediados de mayo por el secretario de Justicia, Mueller, un ex director del FBI, lidera la investigación federal sobre si los colaboradores de Trump coludieron con los intentos de Moscú para influenciar la elección presidencial de 2016 en Estados Unidos.
Trump ha rechazado las acusaciones, pero no ha podido justificar porqué su hijo mayor y otros aliados claves se reunieron con agentes rusos que prometieron detalles comprometedores sobre su rival Hillary Clinton.
Mientras la investigación parece dirigirse hacia examinar transacciones financieras, medios estadounidenses señalan que varios aliados de Trump evalúan la posibilidad de perdones presidenciales para los involucrados y buscan maneras de desacreditar la investigación de Mueller.
Trump ha sugerido directamente que Mueller, un respetado exdirector del FBI, pudiera tener un conflicto de interés.
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«No hay NINGUNA base para cuestionar la integridad de Mueller o de quienes trabajan con él», dijo el ex Fiscal General Eric Holder.
«Trump no puede definir o limitar la investigación de Mueller. Si lo intenta eso creará problemas constitucionales y de dimensión criminal», añadió.
La Casa Blanca rehusó descartar la posibilidad de que Trump despida a Mueller, una decisión que desataría una tormenta política y quizás una crisis constitucional.