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Beatriz Sánchez: “La candidatura de Guillier demuestra el momento que está viviendo la Nueva Mayoría”

La candidata del Frente Amplio se encuentra en etapa de confección de los equipos y estrategias de cara a las presidenciales de noviembre. Un futuro del cual es optimista con relación a sus opciones de llegar a La Moneda. “Las primarias fueron de mucho aprendizaje”.

(Mario Davila/Mario Davila)

Beatriz Sánchez dice estar preparada para la etapa final y más exigente de la contienda presidencial. Una semana de silencio y reflexión en Horcón renovaron sus energías luego de la desgastante primaria que la enfrentó a Alberto Mayol, y la sentenció como abanderada del Frente Amplio. Pero las «vacaciones» terminaron, y ahora se encuentra involucrada de lleno en la confección de equipos y estrategias de campaña.

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¿Cuáles fueron sus conclusiones tras las primarias?

Tomé una decisión bien trascendental en mi vida. Dejé mi trabajo y lo confortable de la vida para asumir este desafío. Al correr esta primera etapa, uno mira hacia atrás y se pregunta si valió la pena y era lo que esperaba. Pese a que ha sido desafiante y ha tenido momentos muy duros, ha valido totalmente la pena. Hemos avanzado en fijar otras ideas en la discusión política.

Y para el Frente Amplio, ¿cómo cree resultó este primer desafío electoral? 

Estoy muy contenta por la cantidad de gente que fue a votar. Tenemos que entender el contexto. Nosotros llevamos seis meses de existencia como Frente Amplio, y yo al día siguiente de las primarias cumplí recién tres meses de candidatura. Nos enfrentamos a un conglomerado como Chile Vamos, que tiene buena parte de los alcaldes del país, una cantidad importantísima de concejales y parlamentarios a los cuales le pueden pedir cuotas de votantes, porque eso pasa. Así que tratar de compararnos con lo que han obtenido es totalmente injusto para el Frente Amplio. Esa comparación no la hago.

Se les cuestiona, como pacto de izquierda, no lograr llegar a las clases populares. ¿Qué les falta para dar ese paso?

Está bien estudiado que quienes más rápido van conociendo proyectos de cambio son las personas más expuestas a los medio de comunicación, a estar informados. No me extraña que en comunas como Ñuñoa haya un votante frente amplista más involucrado. Ahí está el desafío, que nos conozcan en otros sectores del país, donde llega menos información. No hay que extenderse sólo a los sectores más populares, también a las comuna más pequeñas, las más rurales. Tenemos cuatro meses y hacia allí estaremos trabajando.

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¿Cómo cambiará el despliegue en comparación a las primarias?

Las primarias fueron de mucho aprendizaje. Sabemos qué cosas funcionaron muy bien y cuáles no. Con eso hemos diseñado lo que viene. Lo primero es que crecen los equipos, no hay otra forma. Tenemos que coordinar el trabajo desde Arica a Punta Arenas, además en la distintas áreas. Estamos trabajando muy coordinados con el frente Amplio, porque de allí saldrán todas las persona que trabajen en la campaña. Va a ser muy importante la comunicación que tengamos.

¿Cómo se han ido incorporando los partidos y movimientos que estuvieron con Alberto Mayol en las primarias?

Ha sido un proceso de harta conversación y bastante grato. Desde las primaria había conciencia que trabajaríamos juntos. Además, fue muy interesante que la mesa del Frente Amplio, que se junta todos los miércoles, nunca dejó de juntarse con todos los partidos y organizaciones. Las que me apoyaban a mí y Alberto. Ha sido mucho más fácil juntarse porque siempre lo hicieron.

¿Ha conversado con Mayol, se incorporará a su equipo?

Me he juntado con él. Hay que dejarle espacio para que defina qué hacer. Si me preguntas a mí, el debería aprovechar el potencial de los votantes que obtuvo y ser candidato del Frente Amplio. Me encantaría que fuera candidato a senador. Pero son cosas que debe decidir él.

¿Cómo será su despliegue territorial?

El desafío más grande es hacer campaña cuando la candidata no está presente. Va a haber un despliegue territorial grande, lo más organizado posible. Ahora haremos un despliegue no sólo por las capitales regionales, sino por distintas comunas de una misma región.

¿Como se financiará la campaña?

Entramos en una etapa distinta a diferencia de las primarias. Ahora hay devolución fiscal que se calcula por la estimación de voto, y el Banco Estado presta esta plata, que luego se devuelve con la devolución de los votos. Estas campañas son caras. Uno mirando desde afuera se preguntaba, ¿cómo pueden gastar tantos millones de pesos? Pero en la campañas es injusto pedirle a todos que trabajen gratis. Hay que pagar sueldos, hay que arrendar comandos, tener vehículos y los viajes tienen un costo.

¿Cómo avanza la preparación del programa de Gobierno? 

Han avanzado las etapas como se han proyectado. Hoy se está sistematizando. Se están tomando todas las ideas de las diferentes áreas en que se discutió. Todo lo que la personas fueron contestando es lo que están tomando distintos especialistas. Toman las ideas y las transforman en políticas públicas. Luego habrá un plebiscito para establecer las prioridades en un programa participativo. Este debería ser entregado y consolidado a mitad de agosto.

Alejandro Guillier ha recibido muchas críticas en las últimas semanas desde su propio pacto. ¿Cómo ve su candidatura?

Más allá de él como persona, la candidatura de Alejandro Guillier demuestra el momento que está viviendo la Nueva Mayoría. Cuando uno ve que comentarios ácidos y destructivos llegan a la portada de los diarios, muestra que adentro hay un clima bien terminal, de descomposición.

¿Cree que él «tiene pasta» para ser candidato en este contexto?

Sí, pero hay una imagen sobre cómo debería ser el líder político que me impacta. Eso que debería ser siempre hombre, mayor de 60 años, usar corbata, hablar fuerte y traer todas las soluciones para Chile. Una cosa así como Ricardo Lagos. Los que escapamos a eso, y sobre todo si somos mujeres, enfrentamos un cuestionamiento. Ser periodista también ha sido objeto de críticas, como que sólo abogados, ingenieros y, acaso, médicos, pueden ser presidentes de Chile. Esta elección está demostrando que hay mucha diversidad en Chile, mucha más gente preparada para tomar este puesto, que la edad no es la misma. Me encanta representar eso. Y creo que a Alejandro le pasa lo mismo, que no es un político tradicional ni con muchos años en política. Creo que también está pagando esos costos.

Mucho se habla que Sebastián Piñera se encamina a su segunda presidencia. ¿Qué le parece? 

Piñera es el rival a vencer. Pese a que está la sensación que será el ganador, lo cual también es una estrategia política, creo que todavía le falta para llegar a ese umbral y sentirse seguro de ser el próximo Presidente. Pese a que no pierde el liderazgo, su historia personal y este terreno difuso le ha impedido crecer y tiene una merma importante. Hoy es distinto el Chile que eligió a Piñera, y eso significa doble trabajo para él. Porque ya sabemos quién es y qué propone. Su discurso tiene muchos flancos débiles. Hoy lo plantea tomando el sentido común de los chilenos, apelando al empleo, pero si rascamos un poco el discurso es bien vacío.

¿Cuál es tu reflexion despues de conocer la falsedad del caso de Pablo Oporto en el programa «Aquí Esta Chile»?
Primero, es grave que no exista un trabajo periodistico prolijo cuando se expone un caso de tanto impacto público. La delincuencia y la violencia no pueden ser un show por rating. Es la preocupación número uno de los chilenos y tiene que tratarse con seriedad y responsabilidad.
¿Cree que hubo mal intención?

Es bueno que CHV ofreciera disculpas y reconociera su error, pero creemos que debe hacerse un llamado serio a la responsabilidad en la entrega de información

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