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Wuilly Arteaga, el violinista que pone música a las protestas contra Maduro [Contiene imágenes sensibles]

Arteaga se ganaba la vida tocando en la calle, si bien había viajado a Europa en siete ocasiones durante su etapa en el Sistema de Orquestas.

(ROBERT CARMONA-BORJAS/AFP)

Abriéndose paso entre ráfagas de bombas lacrimógenas y perdigones, Wuilly Arteaga toca el violín y, con su música, se ha convertido en un personaje icónico de las protestas contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y aunque este sábado fue herido, promete seguir firme.

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Arteaga, de 23 años, parece frágil, pequeño y delgado, pero afirma que se mantendrá fuerte en las manifestaciones contra Maduro y su proyecto de Asamblea Constituyente.

«No me van a amedrentar (…). Vamos a seguir en la lucha», aseguró desde una camilla de hospital el joven músico en un video que difundió en Twitter, tras ser lesionado en el rostro -según dijo- por perdigones.

https://twitter.com/WuillyArteaga/status/888836629917573122

Sus labios estaban hinchados y el lado izquierdo de su cara cubierto por vendas. Tras las curaciones, tomó el violín y desde la cama tocó una melodía, desatando la admiración de muchos en las redes sociales.

Siempre lleva una bandera de Venezuela, como capa sobre la chaqueta y en el arco del violín.

El poder de la música

Nacido en Valencia (estado Carabobo, centro-norte), aprendió a tocar el violín en el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, exitoso plan estatal -fundado en 1975- destinado a chicos de zonas populares y cuya cara más visible es el prestigioso Gustavo Dudamel, director de la Filarmónica de Los Ángeles.

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Sin embargo, los primeros coqueteos de Arteaga con la música fueron con el piano, en una iglesia protestante en la cual su padre era conserje.

Arteaga comenzó a ganar notoriedad al tocar el violín en el funeral de un músico de 18 años, Armando Cañizales, que murió el 3 de mayo tras recibir un disparo durante una manifestación en Caracas.

«Sentí mucho miedo, porque pensé que ni la música tenía el poder de hacer reflexionar, pero salí del cementerio y fui a la protesta con más fuerza», contó a la AFP.

Desde entonces, su presencia es habitual en las movilizaciones opositoras, en las cuales envía «un mensaje de paz» entre violentos disturbios que dejan 103 muertos en cuatro meses.

Fue justamente la muerte de Cañizales la que llevó a Dudamel a salir del silencio sobre la crisis de su país. Entonces criticó la «represión» de las protestas y la semana pasada expresó su rechazo a la Constituyente.

Un violín quebrado

Arteaga lloró amargamente cuando una militar le rompió su instrumento durante una marcha el 24 de mayo.

Videos y fotos del momento desataron una oleada de solidaridad en las redes sociales, con decenas de personas pidiendo sus contactos para donarle un nuevo violín.

Artistas internacionales como la colombiana Shakira, el español Alejandro Sanz, el estadounidense de origen puertorriqueño Marc Anthony y los venezolanos Ricardo Montaner, Franco De Vita y Oscarcito se solidarizaron con él.

La vida le ha cambiado. Por invitación de organizaciones no gubernamentales viajó a Estados Unidos para mostrar su talento e incluso visitó la sede de la ONU.

«Sé que no soy nadie, pero (…) haré lo que tenga que hacer porque venezolanos como yo podamos vivir en nuestro país en paz», dijo entonces Arteaga.

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