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La “selfie del mono”: la increíble historia de cómo la popular imagen le costó la carrera y el dinero a su fotógrafo

Sacó una imagen que dio la vuelta al mundo, pero no ha ganado ningún peso por ella pese a que ha sido replicada durante años.

David Slater se encontraba en la jungla en Indonesia cuando capturó la imagen que lo lanzó a la fama: la «selfie del mono».

En dicho rincón de Asia, en donde estaba tomando registros de animales que se encuentran bajo protección, se halló de lleno con veinte macacos negros, una de las especies más difíciles de observar y que solamente están en dos islas del país.

Al verlos, estuvo todo un día intentando ganarse la confianza de los monos hasta que logró que uno de ellos tomara la cámara y se inmortalizara mediante una selfie. En ese sentido, el hombre afirmó que a él se le ocurrió dicha idea y cómo obtener el mejor ángulo posible.

Al darse cuenta de la destacada instantánea y de cómo esta se replicó en todo el planeta, Slater pensó que obtendría muchos réditos con ella. Craso error, ya que organismos como Peta y Wikipedia no pagaron derechos de autor al considerar que la imagen le pertenecía al fotógrafo: es decir, el macaco.

«He gastado miles y miles de libras en abogados, estoy perdiendo ingresos y me está deprimiendo. Cuando pienso en toda la situación, realmente no creo que valga la pena. Todo lo que hice para tratar de destacar la difícil situación de los monos ha destruido mi vida privada. Mi vida está arruinada», señaló al diario The Telegraph.

Incluso, Peta demandó a Slater por usar la fotografía en su libro de imágenes, ya que estaba usurpando el trabajo del mono. Y cómo un animal no puede ser dueño de propiedad intelectual, al final nadie paga ningún peso, dólar, euro o libra por la publicación.

El tribunal falló a favor del fotógrafo en primera instancia, pero el organismo apeló y Slater no pudo viajar a Estados Unidos a defenderse por falta de recursos. «La magia se ha ido. Saco mi cámara de vez en cuando para tratar de recuperar la alegría, pero no puedo hacerlo», señaló el apenado hombre.

«No buscaba ganar mucho dinero, solo quería un salario justo por mi trabajo, algo para dejarle a mi hija», agregó Slater, aunque pese al drama que vive, manifiesta sentirse orgulloso de la imagen: «Ha valido la pena, porque esa foto es lo mejor que le ha pasado a esos monos. Sin toda la atención, probablemente estarían extintos ahora como especie. Los nativos solían asarlos y comérselos. Ahora los aman y los llaman ‘monkey selfies'».

 

 

 

 

 

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