El líder opositor Leopoldo López llamó este miércoles a los militares venezolanos a retirar su apoyo a la Asamblea Constituyente del mandatario Nicolás Maduro, cuyos integrantes serán elegidos el próximo domingo.
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«Los invito a que no sean cómplices de la aniquilación de la República, de un fraude constitucional, de la represión», dijo López, bajo arresto domiciliario desde el pasado 8 de julio luego de tres años y cinco meses en prisión.
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En un video grabado en su casa en Caracas y difundido en Twitter, el dirigente pidió a la Fuerza Armada desactivar su plan de seguridad para las elecciones de la Constituyente.
«Tengan la seguridad que contarán con los ciudadanos y la Constitución», añadió López, horas antes del inicio de una huelga general de 48 horas convocada por la oposición para obligar a Maduro a suspender las votaciones.
El fundador del partido Voluntad Popular expresó su convicción que Maduro no logrará instalar la asamblea para reformar la Carta Magna, y exhortó a la militancia opositora a mantenerse en protesta, como lo viene haciendo desde hace cuatro meses con manifestaciones que dejan más de un centenar de muertos.
Maduro «no lo va a lograr, por la determinación, fuerza y convicción que tienen cada uno de ustedes. Esa pretensión la tenemos que lograr contener con la determinación de la lucha pacífica y el compromiso profundo para conquistar la democracia, la paz», sostuvo.
López, condenado a casi 14 años de cárcel por incitar a la violencia en protestas contra Maduro que dejaron 43 muertos en 2014, consideró la Constituyente como una «amenaza», por lo que expresó su apoyo al paro general y a una gran marcha prevista para el viernes en Caracas.
A su juicio, la iniciativa pretende el «aniquilamiento de la República y el estado democrático, y la sumisión absoluta» de los venezolanos.
Principal sostén de Maduro, la Fuerza Armada ha jurado «lealtad incondicional» al gobernante socialista, quien sostiene que «nada ni nadie» podrá detener la Constituyente.
López se dijo dispuesto incluso a volver a prisión por su apoyo a los intentos para detener el proyecto de reforma constitucional, que según la oposición busca instaurar una «dictadura comunista».