Un nuevo descubrimiento fue dado a conocer por los investigadores del Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés) gracias a lo que fue calificado como una hermosa imagen del universo y que da pistas respecto de la formación de cúmulos de estrellas.
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Gracias a nuevas observaciones del telescopio de rastreo del VLT, un equipo de astrónomos descubrió tres poblaciones diferentes de estrellas bebé dentro del Cúmulo de la Nebulosa de Orión. Este descubrimiento inesperado aporta nueva y valiosa información, útil para comprender cómo se forman este tipo de cúmulos. Los datos sugieren que la formación de las estrellas podría darse en forma de brotes, donde cada brote se produciría en una escala de tiempo mucho más rápida de lo que se pensaba.
Esta nueva y hermosa imagen muestra uno de los viveros más cercanos de estrellas de baja y alta masa, que se encuentra a una distancia de unos 1.350 años luz de la Tierra.
Pero es más que una imagen bonita. El equipo liderado por Giacomo Beccari, astrónomo de ESO, ha utilizado estos datos para medir con precisión el brillo y los colores de todas las estrellas del cúmulo de la nebulosa de Orión.
Estas mediciones han permitido a los astrónomos determinar la masa y las edades de las estrellas. Para su sorpresa, los datos han revelado tres secuencias diferentes de edades potencialmente diferentes.
«Al ver los datos por primera nos llevamos una gran sorpresa, fue uno de esos momentos ‘¡Wow!’ que suceden sólo una o dos veces en la vida de un astrónomo», afirma Beccari, autor principal del artículo científico que presenta los resultados.
«La increíble calidad de las imágenes de OmegaCAM reveló sin ninguna duda que estábamos viendo tres poblaciones distintas de estrellas en las partes centrales de Orión», agrega.
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Por su parte, la coautora y también astrónoma de ESO en Garching, Monika Petr-Gotzens, sentencia que «es muy significativo. Lo que estamos presenciando es que las estrellas de un cúmulo en el comienzo de sus vidas no se formaron todas juntas al mismo tiempo. Esto puede implicar que debamos cambiar las ideas que teníamos hasta ahora sobre cómo se forman las estrellas en los cúmulos».
Los astrónomos estudiaron cuidadosamente la posibilidad de que en lugar de indicar diferentes edades, los diferentes brillos y colores de algunas de las estrellas fueran debidos a estrellas compañeras ocultas, lo cual haría que las estrellas se vieran más brillantes y rojas de lo que realmente son. Pero esta idea implicaría propiedades muy inusuales de las parejas de estrellas, propiedades nunca antes observadas. Otras mediciones de las estrellas, como su velocidad de rotación y sus espectros, también indican que deben tener diferentes edades.
«Aunque aún no podemos refutar formalmente la posibilidad de que estas estrellas sean binarias, parece mucho más natural aceptar que lo que vemos son tres generaciones de estrellas que se forman sucesivamente en un plazo de menos de 3 millones años», concluye Beccari.