Tras una campaña de menos de un mes que terminó la medianoche del jueves, los ciudadanos deberán elegir entre miles de candidatos los más de 500 representantes que redactarán la nueva constitución, y que además tendrán facultades para reordenar el Estado sin que nadie pueda oponerse.
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La oposición venezolana, que se ha negado a participar en la liza, ha promovido para esta misma jornada el inicio de una gran protesta nacional atrancando las calles y avenidas, una convocatoria que reta la prohibición de las autoridades a que se celebre cualquier tipo de reunión pública que perturbe los comicios.
El objetivo de esta actividad, han explicado los opositores, es dejar claro al mundo que «ese fraude constituyente no tiene ningún tipo de legitimidad y que ese proceso es absolutamente fraudulento».
Esta protesta es la última y una de las mayores manifestaciones anunciadas por la MUD hasta el momento para intentar detener la Constituyente, un proceso que es visto por la oposición como un intento de «consolidar la dictadura» por parte del chavismo gobernante.
Nicolás Maduro, sin embargo, ha dado un último plazo a sus opositores para sentarse con su Gobierno en una mesa de diálogo antes de que se concrete la elección de los nuevos constituyentes, porque de lo contrario, dijo, convocaría a un diálogo nacional «obligatorio».